Juan Carlos Reyes cortó ayer una oreja a un ejemplar de El Cerrito para alzarse como uno de los triunfadores de la Novillada de la Revolución. (Fotografías de Jesús Galindo)
La michoacana Hilda Tenorio y el lagunero radicado en Aguascalientes, Juan Carlos Reyes, cortaron una oreja cada uno para alzarse como los triunfadores de la Novillada de la Revolución, efectuada la tarde de ayer en el ruedo de la Plaza de Toros Torreón, que lució una baja entrada de público.
La clase de la purépecha quedó plasmada con el capote, donde logró conectar con el público, para luego poner banderillas, uno de los pares de excelente calidad.
Ya con la muleta mostró su calidad y temple de torera hecha, para hilvanar varias series de derechazos de buena manufactura, que le llevaron finalmente a una estocada, donde hundió el acero, el cual, aunque un tanto desprendido, fue suficiente para hacer doblar al novillo.
El público presionó al juez para que éste le otorgara una oreja.
J. CARLOS REYES, UNA OREJA
El lagunero radicado en la ciudad de Aguascalientes, sin mostrar mucho en el ruedo, con una faena en la que no pudo hilvanar los muletazos y por momentos lució un tanto nervioso frente al toro, se llevó la segunda oreja de la noche.
El juez, en primera instancia, no concedió la presea al juvenil novillero, pero la presión de un sector del público, simpatizante de aspirante a matador de toros, hizo efecto en el juez de plaza, quien finalmente concedió el apéndice, para generar la protesta de otro sector del tendido.
AARÓN HINOJOSA, VUELTA AL RUEDO
El lagunero Aarón Hinojosa, con un buen esfuerzo frente al novillo de El Cerrito, pero sin la calma requerida en la lidia, apenas dio vuelta al ruedo. Hinojosa continúa adoleciendo de ese toque fino que logre envolver a los tendidos, dejando esa sensación de querer terminar la lidia lo antes posible.
Por su parte, Armando Montes no logró entender a su novillo, el que limitado de fuerza en sus remos, poco ofreció, aunque podía lidiarse en corto y con suavidad.
Luis Ignacio Escobedo se vio voluntarioso, pero limitado en cuanto a sus recursos técnicos, sin poder aprovechar la oportunidad como él hubiera querido.
Los Toros de El Cerrito, bien presentados, pero mal aprovechados por algunos de los alternantes.
