Una cena para seis personas en un lujoso restaurante de Milán, Italia, a la que invitaba un destacado ejecutivo, que se negó a pagar la factura de 4 mil 140 euros, acabó con la aparición de los “carabinieri” antes de que clientes y dueños llegaran a las manos.
El suceso lo narró ayer el diario “La Stampa” pero ocurrió el 13 de diciembre pasado en pleno ambiente navideño de dispendio, celebraciones y brindis en el exquisito restaurante “Da Cracco” de Milán.
La cena se perfilaba discreta y apetecible a base de trufa blanca rallada sobre “tagliolini”, un tipo de pasta, y sobre huevos a la sartén.
Todo acompañado por el menú clásico de “Da Cracco”, a 150 euros por persona, un aperitivo previo de 20 euros y dos botellas de vino de entre 150 a 180 euros cada una.
La cena fue de primera, pero cuando el camarero trajo la cuenta, el generoso ejecutivo exclamó: “Perdone, pero creo que ha habido un error”. Sólo la trufa blanca rallada ascendía a 3 mil 730 euros porque, según el dueño del establecimiento, había usado 300 gramos del “oro blanco” a un precio de 10.9 euros el gramo.
El ejecutivo trató de que le hicieran un descuento ya que alegó que la trufa no había sido pesada y el restaurante aceptó hacerle una rebaja de 700 euros, que no aceptó el comensal.
Dos días después el ejecutivo envió a “Da Cracco” 2 mil euros, precio que consideró razonable a tenor de otras facturas precedentes y con manjares similares.
Esta vez el restaurante “Da Cracco” es el que reaccionó y presentó una denuncia ante los “carabinieri” porque consideró “arbitraria e incongruente la rebaja”.
El restaurador Carlo Cracco arremetió contra el cliente: “Las personas civilizadas pagan lo que compran- hay quien es capaz de pagar 7 mil euros por una botella de buen vino- y este señor no ha pagado lo que consumió”.
El ejecutivo, por su parte, no se atemorizó y puso el asunto en manos del juzgados.
El precio de la trufa ha bajado. Los 100 gramos se pagaban entre 200 a 300 euros en 2007, mientras que en 2008 alcanzaron los 200 euros como tope.