Mark Sánchez es el jugador mejor pagado en la historia de los Jets de Nueva York y ni siquiera ha jugado un partido en la NFL. (EFE)
México, Df.- Miles de ilusiones corren por su mente, la sensación de un sueño consumado lo embarga. Mark Sánchez no lo puede creer. Es el jugador mejor pagado en la historia de los Jets de Nueva York -y ni siquiera ha jugado un partido en la NFL-, pero lleva sobre los hombros una carga muy pesada que no muchos pueden soportar: cumplir con las expectativas.
El quarterback de ascendencia mexicana, egresado de la Universidad del Sur de California (USC), firmó un contrato por cinco años y 50 millones de dólares, 28 de ellos garantizados.
"Todos los compañeros del equipo somos sometidos a los mismos parámetros, jugamos con la única finalidad de ganar. El coach Rex Ryan tiene los objetivos claros y nosotros pretendemos disputar el campeonato en febrero. Él pondrá a sus mejores hombres en el campo de juego, tengan o no dinero", dijo Sánchez en entrevista exclusiva con
EL UNIVERSAL, vía telefónica desde Nueva York, donde desde hace cuatro días está inmerso en el training camp de los Jets.
Estos días se ha dedicado a buscar una casa en Nueva York.
"Estos días son vitales para mí. Necesito demostrar que en realidad acudí al campamento de novatos y que enseñé mi capacidad de liderazgo. Sin los veteranos tuve la oportunidad de en verdad comandar la ofensiva", comentó Sánchez, cuyo abuelo, Nicolás, es originario de Zacatecas.
"Estudio el libro de jugadas y trato de platicar y ponerme en contacto con el entrenador (coordinador ofensivo), Brian Schottenheimer, cada vez que puedo para que me resuelva algunas dudas. Además, en cada tiempo libre que tengo repaso varias jugadas en mi mente. Necesito estar seguro y luego soltarme en el campo", dijo Mark, quien fue nombrado el Mejor Jugador de Preparatoria en 2005, previo a su llegada a los Troyanos de USC.
