El Ejército cometió equivocaciones críticas en las pruebas de un nuevo diseño de chalecos antibalas, según investigadores del Congreso que recomendaron una revisión independiente de las pruebas antes de que los blindados se distribuyan a los soldados en Irak y Afganistán.
Sin embargo, funcionarios del Departamento de Defensa dicen que no hace falta una inspección independiente.
En una larga respuesta al informe de la Oficina de Contabilidad del Gobierno (GAO), funcionarios del Pentágono admiten que hubo algunos problemas durante las pruebas de las placas blindadas, pero agregó que fueron menores y que no alteran su confianza en el resultado general.
El informe de la GAO dice que el Ejército se apartó de los niveles de prueba estipulados y concluye que varios de los nuevos diseños blindados que fueron aprobados habrían fracasado si las pruebas se hubieran conducido de manera adecuada.
El informe, solicitado el año pasado por altos miembros del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, es el más reciente en una serie de estudios que ponen en duda la capacidad del Ejército de supervisar la producción de una pieza clave de equipo bélico.
En enero, el inspector general del Pentágono culpó al Ejército por no supervisar adecuadamente una serie de pruebas de las placas protectoras en un laboratorio privado de balística.
La auditoría del inspector general recomendó que se retirasen unas 33.000 placas blindadas del inventario del Ejército de casi dos millones debido a que podrían no proteger a los soldados contra balas de gran poder penetrante. El Ejército disputó la conclusión pero retiró las placas como medida de precaución.