Se especula que detrás del silencio de Tiger Woods podría esconderse algún problema con su esposa, Elin, ante la posibilidad de que el millonario golfista haya tenido una aventura con una empleada de un centro nocturno de Nueva York. (AP)
Tiger Woods primero dejó de hablar después de su misterioso accidente vial y ahora tampoco está jugando.
Woods anunció ayer que no competirá en su propio torneo de golf debido a las heridas, hasta ahora desconocidas, que sufrió en el accidente automovilístico cerca de su mansión en la Florida hace tres días.
El famoso golfista hizo el anuncio a través de su cibersitio y explicó que las heridas que sufrió no le permiten estar en condiciones de jugar en el Chevron World Challenge, un torneo anual con un número reducido de jugadores invitados.
Señaló que confía volver al tour el año próximo. "Estoy profundamente decepcionado de que no podré estar presente en mi torneo esta semana", dijo Woods. "Estoy seguro que será un torneo excepcional y lamento mucho que no podré estar". El domingo, también mediante un comunicado, Woods habló por primera vez sobre su accidente y dijo que fue su culpa, que su esposa actuó con valentía y que el resto de los detalles son privados.
Woods ha declinado ser entrevistado por la policía como parte de la investigación del incidente. El jefe policiaco de Windermere, Daniel Saylor, ha dicho que Elin Nordegren, la esposa de Woods, rompió una ventanilla trasera con un palo de golf para que su marido pudiera salir de la camioneta, luego de oír en el interior de su casa el choque a las 2:25 de la madrugada del viernes.
El golfista número uno del mundo sufrió cortadas y moretones cuando chocó su camioneta todo terreno contra un hidrante de bomberos y un árbol frente a su residencia en una exclusiva comunidad cerca de Orlando. Fue atendido y dado de alta en un hospital, y desde entonces no ha aparecido en público.
Woods anunció su salida del torneo mientras crecen las interrogantes sobre lo que sucedió exactamente en altas horas de la madrugada, preguntas que seguramente habría recibido de haber participado. Por lo pronto ha recibido preguntas de aficionados que dejaron comentarios en su portal de Internet. La mayoría le ha expresado apoyo, pero algunos dijeron que debe responder a las preguntas sobre sus propias acciones y las de su esposa antes y después del choque. Woods no ha respondido tampoco a las preguntas de la policía, a la cual ha rechazado en los tres días seguidos que ha ido a su casa.
Ayer había cuatro automóviles estacionados en la entrada a la casa de Woods, pero no parecía haber luces encendidas en el interior. Un nuevo hidrante de bomberos fue colocado frente a su residencia para reponer al que arrolló. En la declaración del domingo, Woods rechazó también los "rumores falsos, infundados y maliciosos" en posible alusión a una información publicada por el tabloide National Enquirer la semana pasada. Según la información, Woods había estado viendo a una recepcionista de un club nocturno en Nueva York, y afirmaba que recientemente estuvieron juntos en Melbourne, donde Woods compitió en el Masters de Australia. La mujer, Rachel Uchitel, negó tener un romance con Woods cuando fue contactada por The Associated Press. El domingo voló a Los Ángeles y fue recibida en el aeropuerto por la abogada Gloria Allred.
La privacidad de Woods encara su mayor desafío
n Todo lo que uno debe saber sobre Tiger Woods fuera de los campos de golf puede resumirse en el nombre de su yate: Privacy (privacidad).
n Woods cedió parte de ello al irse de la Universidad de Stanford después de dos años, y de entrada firmó un contrato por 40 millones de dólares para promocionar marcas, convirtiéndose rápidamente en uno de los deportistas más reconocidos del planeta. Pero nunca permitió que los extraños se acercasen a su mundo.
n El choque de su auto va a perdurar mientras Woods lo mantenga como un misterio. Ha tenido que lidiar con la prensa deportiva casi toda su vida. Ahora ha caído en la telaraña de la prensa de farándula, la cual es mucho más implacable.