Con dos hombres menos y un gol anotado en el minuto 95, los Diablos Rojos superaron 4-3 en el Nemesio Díez a las Chivas en un espectacular duelo de la fecha uno. (Jam Media)
Toluca, Edo. De México.- Nervioso, inquieto, preocupado, muy preocupado. Francisco Ramírez no se sentó ni un minuto. Su Guadalajara se veía frágil, por más que logró empatar el marcador a tres goles... Y el bombazo de Israel López le dio la razón.
Porque el 4-3 que iluminó el electrónico del Estadio Nemesio Díez apenas fue justo para lo visto en el terreno de juego: unos Diablos Rojos plagados de jóvenes, pero con la esencia ofensiva de siempre, superaron a unas Chivas que ya ni se acuerdan de cómo atacar organizadamente.
"Le dimos una paseada a Chivas", presumió José Manuel de la Torre, director técnico de los escarlatas. "Si cuentas las opciones de gol que tuvimos en todo el partido, debió haber quedado 5-1 ó 6-1".
"Tuvimos una gran superioridad en el terreno de juego sobre Chivas, porque hubo otros aspectos que influyeron demasiado en el partido, desde la primera jugada", agregó.
En concreto, Hugo León Guajardo. El árbitro montó su propio show en La Bombonera. Nueve tarjetas amarillas, tres rojas y la expulsión al Chepo, fueron el saldo de la actuación del central.
"Fue una falta de respeto para el público, para el Toluca y para Chivas", consideró el estratega de los locales. "Hicimos un pacto desde hace tiempo y los primeros que no lo respetan son ellos".
Y es que, ya en el vestuario tras su expulsión, De la Torre sufrió demasiado durante el último cuarto de hora, ese en el que el Rebaño Sagrado igualó a tres... Hasta que el contención rojo le dio justicia al marcador.
"Como en todo inicio de temporada, fue un partido difícil, ante un gran rival, pero nosotros mismos nos lo complicamos", resumió López. "Dejamos de hacer lo que veníamos realizando en el primer tiempo y, gracias a Dios, al final se dio la oportunidad de poder aportarle al equipo".
Justo cuando el Guadalajara parecía tener todo de su lado, ya que había conseguido un par de anotaciones y los Diablos Rojos jugaban con dos hombres menos.
Pero las Chivas de Ramírez son poco peligrosas, pese a que ayer consiguieron tres tantos.
La fabricación de jugadas ofensivas con base en varios toques ya es pasado.
Ahora, la fórmula es pelotazos a Javier Hernández, quien lució como el único atacante en el esquema del Rebaño Sagrado.
"El perder en el último minuto siempre hace que te quede un sabor amargo", dijo el entrenador de los tapatíos.
"Me queda la tranquilidad de saber que los muchachos pueden rendir mucho más, conforme vayan metiéndose en la competencia".
Aunque su semblante reflejó todo menos paz, porque el empate hubiera sido mucho para un equipo que fue dominado durante gran parte del cotejo, por más que el propio Toluca parecía empeñado en derrotar a una triste versión de las Chivas.
Acostumbradas a basar buena parte de su éxito en la solidez defensiva, las Chivas se mostraron endebles en el Nemesio Díez. Sus integrantes lo saben, pese a que intentan no darle demasiada importancia.
"Es relativo. El rival cuenta, porque es un equipo que tiene a una gran ofensiva", ataja Francisco Ramírez, director técnico del Rebaño Sagrado. "Es importante que nosotros trabajemos para no cometer errores".
