Tommy al Bat
No hay duda que Jorge Cantú será elegido el jugador de la semana después de sus heroicidades contra Mets en Nueva York y frente a los Cachorros en Chicago. El jueves en la ciudad de los vientos conectó no solamente su séptimo jonrón, sino que en la décima entrada dio un doblete con la casa llena que rompió el empate y puso al Marlines en camino hacia la victoria.
Como si fuera poco, Cantú comenzó el juego de ayer en Chicago conectando un hit productor para llegar a 23 en la temporada. En ese momento su promedio aumentó a .370 en esta campaña, que puede ser memorable para el nuevo Vinicio Castilla.
Con el cuadrangular del jueves llegó Cantú a cuatro jonrones en los últimos tres partidos y en el último encuentro en Nueva York le bateó el gran batazo a Johan Santana, el gran pitcher millonario de los Mets.
Cantú ya se había hecho de fama beisbolera con los Mantarrayas de Tampa Bay pero después de un año de lesiones no le tuvieron ni respeto ni confianza, estando entonces en el peor momento de su carrera. Parecía que ya nadie lo quería, cuando los Rojos de Cincinnati le dieron chance y lo pusieron a jugar varias veces la primera base, siendo en esta posición donde ha estado con los Marlines últimamente.
Los Rojos también lo dejaron y los Marlines lo contrataron al perder a Miguel Cabrera, que fue cambiado a los Tigres de Detroit hace un año. Cantú volvió a la vida en el 2008 con una campaña de 29 jonrones, 95 carreras empujadas y .277.
Ahora está aún mejor, sobre todo con un alto promedio y acabó esta semana con los pitchers a los que se enfrentó.
Cantú tiene este año un contrato de tres millones y medio de dólares, su mejor en la gran carpa. En el 2008 tuvo que firmar por medio millón con Marlines y con Tampa solamente alcanzó los 355,800 dólares en una temporada.
Cantú estuvo con una Selección Mexicana en el Mundial que fue una decepción. Con el mismo Marlines, el también mexicano Alfredo Amézaga batea .289 y en el juego de ayer produjo con hit la segunda carrera del Marlines para que funcionara a la perfección la conexión mexicana.
La actitud del zaguero de las Chivas Rayadas del Guadalajara, Héctor Reynoso, en tierras chilenas es entendible.
Como mexicanos no debemos permitir que ningún extranjero se burle de nuestras condiciones y raíces, mucho menos se "mofe" de nuestro país en este momento de crisis sanitaria, que tiene agobiada a muchos países del mundo.
La reacción de Reynoso es lógica. Ante la acción del jugador contrario, la actitud asumida por el mexicano es la natural.
Pero tampoco se vale que los "comunicadores" capitalinos, quienes se creen dueños de la verdad absoluta, traten de "crucificar" a Reynoso por el simple hecho de defender su calidad de mexicano y poner muy en alto el honor de nuestro país.
México y muchos otros países están viviendo una crisis nunca antes vista en muchos años. La influenza humana tiene metidos a los mexicanos y gente del mundo en una psicosis generalizada. La contingencia sanitaria aplicada en nuestro país ha originado pérdidas millonarias, porque se ha tenido que recurrir al cierre definitivo de lugares públicos, como restaurantes, balnearios, sitios de concentraciones masivas y hasta se ha obligado a los clubes del futbol mexicano nacional a que jueguen sus partidos a puerta cerrada, Santos Laguna así lo hará mañana domingo en el Estadio Corona, cuando reciba a los Gladiadores de San Luis.
En el beisbol, la Liga Mexicana suspendió toda actividad este fin de semana en sus diferentes plazas, cancelando la serie 11 de la Temporada 2009. Y todavía permitir que un extranjero se burle de nosotros, para nada.
Bien hecho Héctor Reynoso por defender nuestro espíritu guerrero. Seguramente no justifiquemos la actitud del futbolista tapatío, menos tratándose de un deportista. Pero en este tiempo de crisis, bien hecho. También estamos de acuerdo con la postura de Lalo Ganem, el "Güero" Martínez, el coach Díaz-Castroverde y el grupo de amigos reunidos en el café, de que no se vale que nosotros mismos tratemos de "crucificarnos" a nosotros mismos, como los comentaristas deportivos de un canal de televisión de cobertura nacional que así lo hicieron, como si fueran dueños de la verdad absoluta.