El que fuera buen jardinero y aceptable bateador Mel Hall, rompió todos los records criminales en la historia del beisbol profesional al ser sentenciado a 45 años en la prisión al ser acusado por la violación de una muchachita de 12 años y por molestar a otras adolescentes. Nunca antes ningún jugador de Grandes Ligas que ha tenido que ir a prisión por alguna razón había recibido un castigo por tantos años.
Mel Hall, jugador de color, bateaba y tiraba a la zurda, terminando su carrera con .276 y 134 jonrones al usar los uniformes de Cachorros de Chicago, Indios de Cleveland, Yanquis de Nueva York y un último año con los Gigantes de San Francisco.
José Canseco ha estado varias veces detenido no por mucho tiempo, igual que nuestro conocido Luis Polonia y hasta Pete Rose por problema con los impuestos.
Esto de Mel Hall me hizo recordar en el caso de Jerry Priddy, un segunda base que comenzó con los Yanquis como de esos prospectos que no pueden fallar. Incluso en 1941 los Yanquis movieron al gran segunda base Joe Gordon a primera base para hacerle lugar a Priddy, quien por alguna razón no fue el pelotero que se pensaba. Terminó su carrera de 11 años con un promedio de .265, jugando luego con Senadores de Washington y Tigres de Detroit. Una vez en los años cincuentas vino a México con una selección de jugadores de Ligas Mayores que jugó en provincia, por lo que recuerdo haber hablado con él.
Ya de retirado, en 1973, Jerry Priddy fue arrestado por el FBI y acusado de haber amenazado a una compañía naviera con poner una bomba en uno de sus barcos y pedía en la extorsión 250,000 dólares por no hacerlo. Priddy tuvo suerte, ya que al no poner la bomba y no haber muertos ni heridos, el juez le puso solamente nueve meses en la cárcel. Murió a los 61 años.
TOMÁS MORALES