Hacia adelante. El primer ministro ruso Vladimir Putin disfrutando de sus vacaciones de verano en la República de Tuvá, Rusia. EFE
MOSCÚ, RUSIA.- Vladimir Putin celebró ayer una década en el poder y parece que el ex funcionario de la KGB mantendrá su dominio en el Gobierno ruso durante varios años más.
Sus partidarios aseguran que Putin rescató a la economía de la era post-soviética y reforzó el orgullo nacional. Sus críticos argumentan que el precio a pagar -el sacrificio de reformas democráticas y la represión a los disidentes- ha sido muy alto.
Han pasado ya 10 años desde que un achacoso Boris Yeltsin promoviera a Putin de encargado de seguridad a primer ministro el 9 de agosto de 1999. Putin fue elegido presidente el año después y en 2008 cedió el puesto -pero no todo el poder- a su sucesor Dmitry Medvedev.
Cuando Putin volvió a ser primer ministro permitió que casi todos los hombres de los que se rodeó cuando era presidente permanecieran en el poder y se sabe que aún toma las decisiones principales.
Ahora, todo indica que el ruso de 56 años está muy lejos de abandonar el Kremlin. Las imágenes de un musculoso Putin nadando en un río de aguas heladas en el Sur de Siberia o escalando acantilados y árboles fueron difundidas a todo el mundo en los últimos días.
Los expertos ven pocos obstáculos al objetivo de Putin de controlar el Gobierno, incluso después de 2020.
"Putin puede gobernar fácilmente hasta 2012 (las próximas elecciones) o más tarde", dijo Lilia Shevtsova, del Centro Carnegie de Moscú, destacando que su manejo de la crisis económica será decisivo para su futuro.
En sus 2 mandatos como primer ministro, Putin logró una Presidencia que dejó el panorama político libre de oponentes.
El líder dio marcha atrás en los logros democráticos de Yeltsin, eliminando las elecciones directas de gobernadores regionales, marginalizando a la oposición liberal y según sus críticos, propagando una atmósfera de impunidad para quienes silenciaban a sus oponentes de forma legal o jugando sucio.
Bajo el poder de Putin, los medios de comunicación independientes son pocos y aquellos que no controla el Estado son intimidados por el Gobierno.
El primer ministro llegó a pedirle a los periodistas que mantuvieran sus "narices mocosas" fuera de sus asuntos.
Según un recuento reciente de la organización Freedom House, 16 periodistas han sido asesinados desde que Putin llegó al poder, con tan sólo un caso resuelto.