NO OBSTANTE que el caso “Juanito” parece estar ya cerrado, no lo está realmente. Aún faltan muchas historias al respecto. Lo que sí quedó concluido y finiquitado es el lamentable estado en que ha quedado el traído y llevado sistema democrático en nuestro país, para la elección de sus gobernantes, un asunto importante y que tantas y tan cruentas luchas le ha costado al pueblo mexicano para venir a acabar ahora en la gran payasada de Iztapalapa.
FINALMENTE Andrés Manuel López Obrador se salió con la suya. Orbi et urbi anunció frente a los medios de información de todo México, que “Juanito” jugaría como candidatito a jefe delegacional en Iztapalapa, no por el PRD sino por el PT, y además, se dio la libertad de hacerlo jurar públicamente que una vez electo, tendría que renunciar a su cargo para entregárselo a la comadre Clara Brugada.
PARA PODER DARLE GUSTO a AMLO y sesgar la Ley, los señores del PRD maquinaron primeramente la siguiente estrategia: Que tome posesión “Juanito”; una vez hecho esto, para que después pidiera una licencia ilimitada. Pero se daba el caso, que la Ley Orgánica del Distrito Federal y la interior de la Asamblea Legislativa, exigiría que Marcelo propusiese una terna de sustitutos a la Asamblea y que la Cámara local designara a uno de los tres propuestos.
PERO LA PROPUESTA de la terna iba a poner en evidencia a Marcelo Ebrard como un empleado sin sueldo de Andrés Manuel, ya que se vería obligado a proponer en la terna y en primer lugar, a la señora Clara Brugada, la comadre de AMLO y de no ser así, parecería que rompía con AMLO y sus tribus. Por otra parte, quedaba pendiente la aprobación de la comadre Brugada por parte de la Asamblea, la que se vería en el triste papel de ser otro mandadero más del famosísimo “Peje”.
PARA BUSCARLE un sesgo más barroco a la Ley, los muchachos del PRD y del PT resolvieron un procedimiento igualito al que se usó para instaurar a Victoriano Huerta en la Presidencia después de que fuera asesinado de Don Francisco I. Madero, claro que guardándose todas las proporciones del caso, aunque el objetivo final fuera el mismo, torcer la Ley para aparentar su cumplimiento.
LA CONSTITUCIÓN en 1913 establecía: que en ausencia o falta del presidente en funciones, éste sería sustituido por el secretario de Relaciones Exteriores. Para tal efecto, el embajador norteamericano en México Henry Lane Wilson, mismo que desde la embajada orquestó y organizó el asesinato del presidente Madero, así Lascuráin asumió la Presidencia. Una vez ya instalado como presidente, se le ordenó a Lascuráin renunciara apenas habían pasado 45 minutos de su cargo. De inmediato el Congreso designa a Victoriano Huerta como presidente interino aparentándose haber cumplido con el derecho, pero torciendo las normas.
LO MÁS TRISTE de todo este circense asunto, ha sido el manoteo que las tribus han hecho para repartirse el botín de Iztapalapa. Primeramente “Juanito” ofreciendo subdelegaciones y direcciones de áreas administrativa a las tribus como si se tratara de mercancías en un tianguis. Estos señores no han tenido el más mínimo pudor ni decoro para cubrir su avidez. Su cinismo lució por doquier.
POR LO PRONTO “Juanito” un auténtico personaje de la picaresca mexicana, se enfermó de un día para otro. Después de la entrevista de cuarenta y cinco minutos que tuvo con Marcelo Ebrard salió hasta infartado, y no con uno, sino con dos infartos según sus propias declaraciones.
TAMBIÉN SALIÓ ASUSTADO y temeroso de sufrir un agresión física, por lo que pidió protección policiaca al jefe de Gobierno durante su toma de posesión y su recorrido a la Asamblea Legislativa. El maestro Marcelo le dijo en la reunión como en los tiempos de Victoriano Huerta: Haces la protesta de Ley; tomas posesión; nombras como directora jurídica y de Gobierno a la señora Clara Brugada (¿será licenciada en Derecho?); pides en seguida una licencia por 59 días y te vas a tu casita y no regresas jamás, ¿entendiste bien? Si no lo haces AMLO se nos puede molestar.
Y JUANITO PREGUNTÓ DESCONSOLADO: ¿Y los 3.5 mil millones de pesos del presupuesto de Iztapalapa? Pues parte de ellos será para que Andrés Manuel López Obrador pueda seguir recorriendo todo el país a costa y por cuenta de los impuestos de los defeños.
EN ESTE ASUNTO ha habido muchos gritos, dimes y diretes; pero recuerden mis lectores: Que siempre que hay un grito, es que existe un billete atorado; en el caso que nos ocupa hay más de tres mil quinientos millones de pesos atorados, de ahí la magnitud de la gritería.
LA OTRA PREGUNTA sería: ¿Es Marcelo Ebrard otro “Juanito” de AMLO?
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