Eulalio López el “Zotoluco’’ cortó anoche cuatro orejas a los astados de Arroyo Zarco y con ello se convirtió en el gran triunfador de la Corrida de Aniversario en el Coliseo Centenario de Torreón. (Fotografías de Ramón Sotomayor Covarrubias)
Eulalio López el “Zotoluco’’ se alzó como el gran triunfador de la Corrida de Aniversario anoche en el Coliseo Centenario, luego de cortar cuatro orejas a los astados de Arroyo Zarco.
Junto con el torero mexicano, el español Julián López el “Juli’’ cortó tres apéndices, mientras que Fernando Ochoa consiguió una oreja, para de este modo cerrar una jornada en la cual materialmente llovieron las orejas sobre el ruedo.
El primero en presentarse ante los alrededor de seis mil aficionados que asistieron al festejo fue el “Zotoluco’’, quien recibió a “Sesentón’’, un ejemplar de 486 kilos, al que supo sacarle provecho y con el cual lució bastante.
El astado, de lidia difícil para el diestro, fue un toro bien tratado y finalmente respondió a la exigencia del matador, quien se acomodó bien por el lado izquierdo para lograr imponentes series que terminó con excelentes pases de pecho que le fueron reconocidos por los tendidos.
Luego de conseguir vistosos muletazos por ambos costados, el “Zotoluco’’ fulminó a su ejemplar con una efectiva media estocada, y aunque algo caída, hizo doblar al toro.
El juez Marcelo Acosta le condedió una oreja, pero ante la petición del público le fue entregada una más. A su segundo de la noche, de nombre “Aniversario’’, un toro con 489 kilos de peso, el torero lo recibió de rodillas junto a las tablas, para hacerle después una gran serie de quites con el capote.
Ya con la muleta, de rodillas hilvanó una serie de derechazos para rematar con pase de pecho.
En ese tenor y con la clase que le carateriza, llevó la faena a su etapa culminante para terminar con el toro en su segundo intento, luego de haber pinchado en la primera ocasión. Tras recibir una oreja, nuevamente el juez le concede la segunda a petición de una parte del público.
Por su parte, el “Juli’’ cortó las dos orejas a “Valeroso’’, ejemplar de 500 kilos de peso, al que le hizo extraordinarios quites con el capote, mientras se mantenía plantado en la arena, en una clara muestra de la madurez y calidad alcanzada en su etapa de matador de toros.
La fueza del astado provocó la caída del caballo y el picador, en un incidente aparatoso, pero sin consecuencias lamentables.
En su faena con la muleta, logró varias series por derecha e izquierda con excelentes remates que le fueron reconocidos desde los tendidos.
En su segundo toro de la noche y sexto de la velada, trabajó más con el astado y logró encontrarle el modo para conseguir varias series de vistosos derechazos, además de muletazos largos por izquierda para terminar con vistosos movimientos de abanico frente a la cara del burel, en un desplante de valentía.
Pese a ello, el juez no le otorgó oreja en primera instancia, pero ante la insistencia del público sacó el pañuelo blanco para darle un apéndice.
El michoacano Fernando Ochoa, por su parte, salió con una oreja, luego de enfrentar al quinto de la noche, un ejemplar de lidia difícil ante el que debió mostrarse voluntarioso para lograr los quites.
Pese al esfuerzo por lograr algunos buenos quites, el toro poco colaboró en la faena, lo que hizo valorar más el esfuerzo del torero y tras una media estocada le fue concedida una oreja.
En su primer toro, de nombre “Huerteño’’, manso y de poco trapío; el diestro buscó hacerle buena faena. Al segundo intento mató al astado y se fue con las manos vacías.