Carlos Ochoa se está ganando el respeto y cariño de la afición lagunera; ayer anotó los goles del triunfo de los Guerreros. (Ramón Sotomayor Covarrubias)
.- La primera Liguilla con nuevo Territorio y la afición Guerrera quiere nuevo título. El primer obstáculo es Morelia, pero en La Laguna resulta inofensiva.
El ambiente, inmejorable. Son los Cuartos de Final y no es para menos. El nuevo Estadio Corona luce casi repleto. La excepción son las plateas de 800 y 1000 pesos. La crisis. Pero ésas no hacen la diferencia.
La diferencia la hacen los de Peñoles Sur, allá con los de la Tribu y la Komún. Como siempre, el tambor suena batiente hasta el cansancio. No importa el fresco de la tarde, los primeros se quitan la camisa y no se la vuelven a poner hasta el final. El ambiente está "calientito" y más con el primer gol de Santos. Carlos Ochoa se convierte en el nuevo héroe. El gol resuena a lo largo y ancho del Territorio Santos Modelo (TSM).
La demanda de hamburguesas al descanso es tanta, que al inicio del segundo tiempo la impecable iluminación del nuevo estadio es opacada por el humo de los asadores que emana desde el área norte del inmueble.
Con la llegada de la noche poco a poco disminuye el termómetro. Todavía más con el empate de Monarcas, que cae como balde de agua fría. Ocho minutos apenas y ya parece una catástrofe para los de Santos con la expulsión de Matías Vuoso. Injusta, reclama la afición, que incrédula despide al número 30 en medio de una inmensa ovación. Si ya desde antes le cuestionaba todo al silbante, ahora Germán Arredondo se convierte en su peor enemigo.
Es cuando surge el primer "Santos, Santos, Santos" de la Liguilla. El espíritu Guerrero se despierta. Es territorio albiverde, que no quepa duda. Son sólo 8 minutos para los de amarillo, porque al 16 los de casa recuperan el dominio.
Carlos Ochoa ya es un ídolo. Anota el primer gol oficial la semana pasada con América, anota el primer gol anoche y anota el segundo con el que Santos se lleva la ventaja para el juego de vuelta en Morelia. No se le daba en el viejo Corona, pero el nuevo le ha sentado muy bien.
Ahora aparece la primera ola, que da la vuelta una y otra vez. El arbitraje no va a opacar el festejo. Tampoco la afición que viajó desde Michoacán. Una bandera amarilla ondea desde la esquina noreste, hay otras más pero es la única que se alcanza a distinguir. Sus porras son incesantes, pero se confunden entre el rugir Guerrero. Y exige el final del partido. Presiona hasta que el árbitro cede.
La noche es completamente verde. La afición festeja. Es ligera, pero a final de cuentas ventaja. Dos goles le hacen a Monarcas, sólo uno le aceptan. Los jugadores se van a vestidores cobijados por la ovación. Todos esperan que no sea el último juego de Liguilla. Se cumple el primer objetivo, ahora a ganar en Morelia. El reto no es fácil, pero la motivación es mucha. Tienen nuevo Territorio, ahora quieren nuevo título.