VIOLENCIA | Dos de ellos estaban platicando en la placita.
Durango. Una tarde que parecía tranquila estuvo a punto de convertirse en masacre. Tres personas resultaron heridas a mano de un grupo de sujetos que hasta el momento permanece sin identificar, primero gritaron preguntando quién era el dueño de una casa de la calle de Bravo y cuando el propietario se la adjudicó comenzaron a dispararle; todavía alcanzó a correr y fue en la huida cuando dos civiles que platicaban en la Plaza de las Víboras, del barrio de Tierra Blanca, fueron heridos por las balas perdidas.
Sólo se identificó. Según detalles proporcionados por el agente del Ministerio Público en turno, un grupo de personas arribó al punto donde convergen cinco calles del barrio de Tierra Blanca; en el punto central se encuentra la Plaza de las Víboras. Eran las 19:40 horas cuando los presuntos delincuentes preguntaron a gritos quién era el propietario de una casa que se encuentra a unos cuantos metros. Por el lugar iba pasando Enrique Escalier Aldava, de 43 años de edad, acompañado de su madre; cuando contestó que él era el propietario se dirigió hacia los sujetos y fue cuando éstos comenzaron a dispararle en repetidas ocasiones.
Estaban en el lugar equivocado. Herido, alcanzó a correr bamboleándose mientras le seguían disparando; fue en ese momento cuando fueron alcanzados por las balas dos varones que estaban platicando tranquilamente en la Plaza de las Víboras; éstos responden al nombre de Manuel Santillán Chávez, de 67 años de edad, y Leonel Roca López, de 60 años. Su único error fue encontrarse en el lugar y momento equivocados.
Traslado y huida. Enrique fue alcanzado por sus atacantes quienes a mansalva le dispararon incluso a un par de metros de distancia, dejándolo tendido al pie de la entrada del domicilio marcado con el número 104 de la calle Matamoros para luego emprender la huida. Las autoridades informaron que fue la hermana de la víctima quien lo levantó del lugar y lo trasladó a recibir atención médica a la clínica del Seguro Social, mientras que los testigos avisaron al servicio de emergencias de la Cruz Roja quienes llevaron a Manuel y a Leonel al Hospital General.
Las fachadas de algunas casas cercanas resultaron dañadas y un vehículo estacionado presentaba tres impactos de bala.
Elementos de Servicios Periciales recogieron cerca de 15 cascos percutidos cuyo calibre no fue precisado, pero era de arma corta. Hasta el cierre de esta edición se desconocía el estado médico de las víctimas.
El Siglo de Durango