El presidente Felipe Calderón fue contundente al decir que urge una transformación de fondo en el país, porque ya no tenemos tiempo para privilegiar los intereses partidistas sobre los de la nación. En su discurso con motivo de su Tercer Informe de Gobierno, el presidente Calderón dijo de manera textual: "hoy, cambiar de fondo no sólo es la mejor, sino la única alternativa".
En la actualidad México vive uno de los periodos más oscuros de su historia, donde por un lado está la crisis económica y por otro el problema de la seguridad y un combate al crimen organizado que ha dejado miles de muertos en todo el país. A esto hay que sumarle la contingencia sanitaria que vivió el país ante el brote de la influenza AH1N1.
En el rubro económico tenemos el problema del desempleo que ya alcanza a millones de personas y el nulo crecimiento del Producto Interno Bruto, pero sobre todo está la falta de credibilidad de una sociedad ya cansada de los abusos de una clase política que goza de todo tipo de privilegios.
Calderón ya contempla la desaparición de dos Secretarías de Estado, lo cual es una buena señal, nada mejor que adelgazar la burocracia cuando no hay recursos. Sin embargo, la estrategia resultará insuficiente si todos los partidos no se unen al llamado del presidente.
En nueve años que lleva el PAN en el poder, el país no ha experimentado un verdadero cambio. Se fue el PRI de Los Pinos, pero el llamado "sistema" permanece intacto, se sigue gobernando igual que hace 40 años. Cambian los actores y las formas, pero no hay transformaciones de fondo.
Algunos analistas económicos advierten que seremos testigos de una reducción en los ingresos del Gobierno de seis puntos del PIB en los próximos seis años, y un déficit en cuenta corriente superior a 5 por ciento del PIB antes de que termine 2012.
Ante estas proyecciones urge tomar decisiones profundas para evitar una catástrofe, de ahí que Calderón esté obligado a demostrar que su discurso no fue sólo una lista de buenas intenciones y por el contrario está dispuesto a asumir los costos políticos y enfrentar a los poderes fácticos con el único objetivo de lograr las reformas que México necesita para crecer y cambiar el curso de su historia, porque ya no tenemos otra alternativa.
