De lujo. El escenario que los ganadores pisarán al recoger el Oscar, luce una impresionante escenografía, la cual fue decorada con más de 100 mil cristales Swarovski.
Los Ángeles, EU.- Hollywood ultima hoy los preparativos de la edición 81 de los Oscar, el mayor evento cinematográfico del año en el que trabajan centenares de operarios para vestir de largo al teatro Kodak y sus aledaños.
Las mayores novedades de la gala 2009 estarán no obstante en el interior del teatro Kodak, cerrado a cal y canto para mantener la sorpresa sobre los anunciados cambios acometidos en la ceremonia con el fin de atraer más audiencia.
Sí trascendió que habrá 12 escenarios diferenciados a lo largo del evento, uno de los cuales tendrá una banda de música que sustituirá a la localización de la orquesta en el foro.
Llamativa será la cortina fabricada con cerca de 100 mil cristales de Swarovski que estará colgada a 18 metros de altura y tendrá 30 metros de ancho, promete ser más espectacular que la primera que se utilizó para estos premios en 2007.
También se reveló que habrá pantallas de televisión que se moverán por el escenario para configurar nuevos decorados.
Está previsto que más de 3 mil personas accedan con invitación al teatro Kodak, algo que dista mucho de la primera entrega de los Oscar en mayo de 1929, poco antes de que comenzara la Gran Depresión en EU.
En aquel entonces asistieron 250 personas a un banquete organizado en el hotel Roosevelt, muy cerca de donde se realiza el evento actualmente y pagaron 10 dólares por la entrada.
Como es habitual, tras los Oscar, las estrellas de Hollywood podrán acudir a alguna de las lujosas fiestas que se están preparando en Los Ángeles.
La más multitudinaria será la que tenga lugar en el salón Governors Ball, junto al Kodak donde acudirán 1,500 personas y donde serán amenizados por el jazz de la cantante Barbara Morrison, el trompetista Rick Braun y el saxofonista Richard Elliot. Otras celebraciones previstas para hoy serán las de la revista Vanity Fair, la de la popular presentadora Oprah Winfrey y la del extravagante artista pop Prince.
