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Un Barrio muy Especial II

MIRANDO A FONDO

Víctor González Avelar

A mis lectores la colaboración con la que rememoré aquel "Barrio" tan Especial de la calle Degollado Sur, entre la Calzada Colón y la calle González Ortega y entre las avenidas Morelos y Allende, con gusto le entro nuevamente a los recuerdos.

Llegaba hasta los espacios de la Alameda Zaragoza, un paseo público que tiempo atrás fuera una feliz excursión familiar, y que ahora se encuentra convertida, como desgraciadamente se encuentra toda nuestra ciudad, en un vergonzoso soco moruno de fritangas, de malas construcciones, de destartalados juegos mecánicos, de una abandonada biblioteca y de más de 50 vendedores ambulantes, todos curiosamente dedicados a vender lo mismo: elotes.

PASEMOS A RECORDAR

Al Colegio Cervantes y al Hispano Mexicano, escuelas en donde cientos de jóvenes torreonenses aprendimos las primeras letras. El viejo Cervantes fundado por un grupo de maestros republicanos exiliados por la férrea dictadura de Francisco Franco en España, y que por suerte y para privilegio de esta Región Lagunera quisieron venir a enseñarnos hasta estas desérticas tierras.

EL PRIMER COLEGIO

Cervantes estuvo sobre la avenida Morelos Poniente, precisamente a media cuadra de la Calzada Colón. Localizado frente al Colegio Modelo, de la casa de Don Jorge Camil y del ingeniero González Fariño. Actualmente aquel terreno lo ocupa el obispado de la diócesis. En el Cervantes se desempeñó una verdadera pléyada de maestros y formadores de jóvenes. Ahí estaban los inolvidables profesores Bigata, Pablo Farruz Sola, Antolin, Pons, Alatorre, Alexanderi y el físico culturista De Pablos un forzudo, colorado y bajito señor que todos los sábados por las mañanas nos impartía Educación Física.

SI MAL NO RECUERDO

Los salones eran mixtos de niñas y niños una verdadera novedad para aquellos tiempos. Recuerdo a Pantoja que era dueño de unas cajas de colores que eran mi envidia, a Jorge Rolando Garnica Díaz de León, Argentina Pérez, Agnes e Ilda Montebruk (¿así se escribirá?) entre otros que por ahora ya no recuerdo.

POR ALGUNA RAZÓN

Que siempre desconocimos, un grupo del maestro encabezado por Pablo Farruz Sola dejó el Cervantes, para fundar el Hispano Mexicano. Este nuevo colegio estaba ubicado en la avenida Allende Oriente casi frente de la Alameda. La planta de maestros se integraba por: Pablo Farruz Sola, Mario Alexanderi, Pons; la miss Sánchez en inglés, Garrido en cultura musical, Antonio Antolin aritmética y matemáticas y el licenciado Sánchez, entre otros muy distinguidos maestros.

AHÍ NOS ENCONTRAMOS con nuevos amigos, algunos provenientes del mismo "Barrio", y con los que ligaríamos una amistad para toda la vida. Feliciano Cordero, Antonio Anaya Flores, Juan y Tere Nalda, Francisco Aguilera Méndez, Ramón Ruiz Cavazos, Salomón Issa Marcos, Teodoro Collignon, Sergio Elizaliturri, Enrique Sada Díaz de León, Enrique y Héctor Casta, Juan Antonio González Vázquez, Jesús Jardón, Jesús Valdez, José García Triana, Toño Ibarra, Toño González Faya. Miguel González Avelar que fue también alumno en la primaria y quien con el tiempo llegaría a ser secretario de Educación Pública.

POR LAS TARDES

Y ocasionalmente nos reuníamos en la Alameda Zaragoza con otros jóvenes llamados "Los de la Alameda". Este grupo estaba integrado por muchachos un poco más aguerridos que los "Del Barrio". Ellos disfrutaban atemorizando a las tímidas alumnas del Colegio La Luz. Aquellas niñitas vestidas con una amplia crinolina de color azul y un almidonado delantal blanco aunque también se dedicaban a jugar cascarita de futbol en los jardines de La Alameda. Puedo recordar entre aquéllos a: May Dávila, Javier Alatorre Morones, Jorge Segura Gurza, Fernando Segura el cristalino, Jesús Valdez, Jesús Jardón Saenz, Manolo González Faya, los Solares, Jorge Rolando Garnica, Pepe García Triana, Paco González Faya, Antonio Ibarra y Memo Máynez entre otros.

TODOS Y CADA UNO

Tomaron su propio camino. Algunos ya se nos han adelantado en el recorrido de la vida. Lo que sí podemos asegurar es que todos tuvimos una niñez feliz y tan libre como el viento, sin la idiotizadora presencia de la televisión, los video-juegos o los teléfonos celulares. En aquellos tiempos podíamos darnos el lujo de de inventar cada día un juego nuevo. Ése era nuestro gran éxito de la vida.

Nota luctuosa.- Uno de aquellos niños que jugaron felices en barrio tan singular, José Francisco Alatorre Ruiz "el Tobi", murió en días pasados. Descanse en paz el amigo.

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