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Con coraje y una soberbia demostración Estudiantes de La Plata se clasificó ayer para la final de la edición 50 de la Copa Libertadores, un logro que no conseguía desde 1971, al imponerse por 1-2 en un estadio Centenario lleno y sin hinchas suyos a un desorientado Nacional, que no encontró el camino para remontar. Dos goles de Mauro Boselli a los 52 y 91 minutos sellaron a favor de los argentinos una eliminatoria que comenzó a su favor.