Espectáculos Miss Universo Christian Nodal Julión Álvarez

Un fenómeno en taquilla

Casi un millón de personas la han visto en el país

Un fenómeno en taquilla

Un fenómeno en taquilla

EL UNIVERSAL

El director Roberto Girault habla de El Estudiante, cinta mexicana que lleva 18 semanas en cartelera.

Simplemente es un fenómeno. Actores desconocidos, publicidad casi inexistente, sin oropeles en festivales internacionales y un director que debuta en el séptimo arte. Pero El Estudiante, una película mexicana, lleva 18 semanas en cartelera y casi un millón de personas la han visto.

Está a dos semanas de igualar el récord de Amores Perros, en cuanto a permanencia en pantalla, y a ocho semanas de alcanzar a Sexo, Pudor y Lágrimas. ¿Algo más? Esta última semana superó, en taquilla y de acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica y del Videograma (Canacine), a filmes hollywoodenses como 9-Nine, producida por Tim Burton; Los Fantasmas de Scroodge, protagonizada por Jim Carrey y a la española Los Abrazos Rotos, de Pedro Almodóvar.

“Y una semana también superamos a Quentin Tarantino (Bastardos Sin Gloria)”, cuenta Roberto Girault, director del filme.

¿Algo más ? Su éxito ha sido tanto que para el próximo año se estrenará en España, Brasil y Centroamérica. Unos productores estadounidenses le han propuesto al realizador escribir una versión en inglés, para luego venderla a los grandes estudios de la meca del cine.

El Estudiante, filmada en Guanajuato, nació a la luz pública en agosto pasado.

La historia era sencilla. Chano, un hombre de la tercera edad que decide regresar a la universidad, donde se encontrará con un grupo de veinteañeros cuya primera reacción es verlo con sorpresa y algunos con cierto recelo.

El elenco era también una sorpresa: Jorge Lavat, de 75 años, que regresaba al celuloide después de tres décadas y los jóvenes Siouzana Melikian, Cristina Obregón, Cuauhtémoc Duque y Jorge Luis Moreno.

“Al principio iba de un cine a otro, invitando a la gente para que entrara de favor a ver la película, diciéndoles que yo era el director. Hablaba con los gerentes para que cuidaran el arte (promocional), tratando de hacer todo lo necesario.

Con los distribuidores ahí estábamos, dando las gracias por su apoyo. Y a la tercera semana sucedió, comenzó a reaccionar la gente muy padre y sigue ahí, en la cartelera”, recuerda Girault.

´¿Fue fácil convencer a los exhibidores de que aguantaran tu película?

Hubo varios cines que no esperaban la respuesta del público, que no iba a jalar por ser una película mexicana y los tratábamos de convencer de que no la vieran así, sino como una historia romántica e inspiradora.

En Monterrey, que es una plaza que trata mal a las películas mexicanas, le fue muy bien cuando le dieron su tiempo.

´¿Pero eso no lo debe estar haciendo un director de cine, ¿o sí?

Aquí en México es “el que tenga tienda, pues que la atienda”. No debería, pero fue un trabajo muy bonito.

´¿Tienes un comentario del público que te haya hecho pensar que nada más por eso valió la película?

Un día un señor se acercó a mí para abrazarme y decirme que era la historia de su vida, que me agradecía el haber hecho una película donde recordaba que toda la gente como él, los viejitos, también valen.

´¿Fue fácil vender un guión que no tenía groserías, sin desnudos o escenas de sexo?

Sí, muchas personas querían identificar sus marcas con la película. Empresas como Lala, que son familiares, le entraron. Mucha gente me dijo que la película era irrealista, que era idealista y precisamente eso era lo que deseaba, que fuera aspiracional, que aspirara a un romance, que nos recordara la nostalgia de Agustín Lara y José Alfredo Jiménez.

La historia fue en conjunto a Gastón Pavlovich, que traía el guión original. Luego el guión sabíamos que podía ser difícil de venderse entre actores reconocidos porque podía caer en el melodrama cursi y moralista. Yo quería un lenguaje poético, por la parte mística, emotiva y fui por un elenco joven que tuviera hambre de contar esto.

´¿Fue barata la película?

Costó 15 millones de pesos y la publicidad unos cinco. Nada más (Amores Perros costó, en total, más de 40 millones de pesos, ya no se diga las producciones hollywoodenses).

´Después de Guadalupe (película) donde fuiste productor y que le fue mal, ¿por qué seguir en el cine?

Ahí fui el coordinador de producción, no hice la película que yo quería, sino sólo el armador. Me enseñó mucho a qué hacer, y qué no, en cine mexicano. Aunque debo ser sincero, quería tirar la toalla después de Guadalupe, pero fue el mismo Gastón Pavlovich el que me obligó a pensar en El Estudiante.

´¿Se puede vivir del cine mexicano?

Por fortuna ya ahorita todo lo que está logrando la película es ganancia para nosotros. No hago comerciales ni nada de eso, estoy viviendo de lo que genera la película. Quiero convertir al cine mexicano en una industria. Pero reconozco que tengo miedo del siguiente filme, porque debo superar a éste.

Planes a futuro

Sobre sus futuros proyectos Girault comentó que “existe un par que ahí van, alguno se haría en el primer semestre del próximo año. Uno se llama La Leyenda del Diamante, una historia romántica que habla del compromiso del amor a través de un diamante mágico. Se pone en la balanza junto a un anillo y si pesa más es que éste no fue entregado con amor, si pesa más el anillo, lo contrario. El otro es la historia de un candidato a la presidencia que ya en plena campaña se olvida de la familia, se mete tanto al trabajo, y al final se da cuenta de lo verdaderamente importante”.

Leer más de Espectáculos

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Espectáculos

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Un fenómeno en taquilla

Clasificados

ID: 485227

elsiglo.mx