Comentábamos ayer que a últimas fechas se ha hecho mucho ruido en relación con la publicación, en el número de noviembre de la revista "Nexos", de un ensayo escrito a cuatro manos por Jorge G. Castañeda y Héctor Aguilar Camín. Su título lo dice todo: "Un futuro para México". Lo que hacen los autores es plantear una serie de reformas que, desde su punto de vista, deben ser discutidas y analizadas con toda seriedad y la mayor amplitud posible de cara a las elecciones de 2012. Proponen que tal discusión sea el eje de las campañas de ese año, y dejemos de lado personalidades, colores partidistas y frases huecas.
De acuerdo con los autores, mucho de lo planteado no tiene nada de original, y que la principal virtud del ensayo es su enfoque holístico: engloba en un todo las posibles respuestas a las principales taras nacionales. La narrativa funciona, el encadenamiento de causas y efectos, también. Y ciertamente le urge a este país una discusión seria de los cambios que tienen que realizarse. Lo que no sé es si nuestra clase política, que desborda de coyones, mediocres y mequetrefes, sea capaz de llevarla a cabo.
En todo caso, los ciudadanos podemos ponerle lupa a éste y otros proyectos, si es que alguien más los pone sobre la mesa. Veamos dos de sus vectores principales.
Por supuesto, Castañeda y Aguilar abogan por la desaparición de todos los monopolios, estatales y privados, los que vienen frenando la evolución del país desde hace una generación. Con respecto a los oligopolios, proponen la partición de empresas, poniendo como ejemplo lo ocurrido en Estados Unidos en 1911 con la Standard Oil. Yo les tengo uno más cercano: la ruptura de la compañía telefónica Bell en los años ochenta. Sí, telefónica.
Proponen los autores que de una buena vez por todas asumamos nuestra orientación ("Código postal", lo llaman) y optemos por ser Norteamérica más que Latinoamérica. Lo cual tiene todo el sentido del mundo: nuestra economía y mercados ven hacia el Norte, no hacia el Sur tropical, que además ni siquiera nos quiere. Con otra: ¿cuántos mexicanos viven en Argentina o Cuba? En Estados Unidos habita el 11% de la nación mexicana. ¡El 11%! Qué opinen de nosotros, o cuánto quieran comerciar chés y cubanos, nos debe importar un soberano rábano. Debemos integrarnos más con la región uno si queremos dejar de ser región cuatro.
Por ahí va todo el ensayo: rompiendo paradigmas, siendo políticamente incorrecto, aguijoneando los rancios prejuicios del nacionalismo revolucionario que nos condenó al atraso y la pobreza. El proyecto no es ninguna panacea. Pero sin duda hay que emprender su discusión. No podemos perder más tiempo. No podemos perder, también, el siglo XXI.