Anoche no pudimos dormir, y es que todavía estamos de pie recordando y disfrutando ese gran partido celebrado ayer en el Corona, donde Santos Laguna fue el de las grandes épocas, venciendo por 5-2 (5-4 en el global) a un Impact que lo tenía en la lona.
Pero todos los Guerreros volvieron a ser eso, unos combatientes, a los que apoyaba y alentaba la afición que casi llenó el estadio. ¡Sí se puede!, ¡sí se puede!, gritaba todo el tiempo la tribuna, mientras que en la cancha todos hacían el gran esfuerzo para darle la voltereta al marcador.
A los 15 empezó la gran fiesta con un golazo de cabeza de Benítez, pero a los 23 Roberto Brown anotaba por los visitantes, y a los 38 Sebrango, el verdugo en Canadá enviaba gigantesco balde de agua fría a las tribunas anotando el segundo.
Apenas inició la segunda mitad, la tribuna hizo su parte apoyando sin descanso, muchas veces de pie, y a los ocho minutos Matías Vuoso con un señor gol volvía a impulsar a sus Guerreros. El mismo Matías a los 29 anotaba el segundo. El tiempo se acababa.
Pero los de verde y blanco seguían empujando hacia atrás al rival con grandes jugadas de Walter Jiménez y Darwin Quintero, y el colombiano a los 49 anotaba el cuarto gol. Ya en tiempo de compensación hubo una falta de penal sobre "Lorito" que no marcó el silbante.
Pero el mismo Darwin cerraría la cuenta anotando el quinto gol cuando faltaban segundos para terminar el tiempo de compensación. Fue la locura en el estadio, había que estar ahí gritando de pie y lanzando porras a un equipo que fue el que quería ver su afición. ¡Felicidades!
