La Selección Mexicana, de la mano de Sven-Göran Eriksson sigue sin poder ganar fuera de casa, y anoche, ante Honduras, eso no fue lo peor sino que mostró otra imagen, muy diferente a la que enseñó contra Costa Rica porque tuvo muchos cambios de principio.
Y aunque empezó bien, cuando Carlo Costly le anotó el primer gol, acompañado de una clara falta al meter la mano sin que fuera sancionado, todo el mundo se le vino encima a los nuestros que empezaron a desordenarse a más no poder.
Ni Guillermo Ochoa, ni Andrés Guardado, ni el eterno preferido de Eriksson, Carlos Vela, pudieron mostrar esa categoría que por todos lados muestran sus publicistas, ayer simplemente fueron rebasados por un modesto equipo, eso si muy entregado.
Pero no pasa nada porque el sueco seguramente seguirá contando con el apoyo de los que manejan nuestro futbol, a pesar de que no haya podido ganar un solo partido fuera de casa y de descomponer un conjunto triunfador para hacer experimentos ¡a estas alturas!
El librito de Sven-Göran no funciona definitivamente en el futbol de nuestra selección, el señor está aferrado a hacer lo que le viene en gana aunque no haya congruencia. Cuando se le ganó a los ticos apareció un rayo de esperanza que pronto se apagó.
Agregue el desorden con el que terminaron los nuestros, dando patadas y golpes para que el silbante perdonara tarjeta roja y no pudiera guardar otra, en fin, así está la historia de nuestra Selección, y ¿de quién es la culpa mayor? Porque no tiene la culpa el indio.
Mruelas@elsiglodetorreon.
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