Un Minuto de Deporte

Un estilo muy diferente de trabajar y de comportarse tiene Sergio Bueno, el actual técnico del Santos Laguna. Al final del encuentro del domingo, en el que muchos de aquí explotaban contra el silbante Ricardo Arellano, sobre todo por los dos penales polémicos que marcó y la expulsión de Osmar Mares, Bueno se mostraba tranquilo.

Y luego reafirmaba su postura de no inmiscuirse en el trabajo de los árbitros, pues no le correspondía, en cambio sí adelantaba que seguirá trabajando con su gente para que no se den más facilidades a los rivales. Para los directivos, la sorpresa fue ver cómo se ha dividido la gente en las tribunas.

Una recibió bien al nuevo técnico, y otra empezó a mostrar de nuevo su inconformidad pidiendo a Daniel Guzmán y criticando los cambios, en los cuales Sergio Bueno utilizaba simplemente lo que le han dejado. Ojalá que en la tribuna la afición vuelva a unirse en torno a su equipo, pues hace mucha falta el jugador número doce.

Eso lo notamos sobre todo en la primera parte del encuentro del domingo, cuando el partido se tornaba aburrido y en las gradas todo mundo estaba callado, esperando la reacción de los albiverdes, algunos con una especie de bonete verde en su cabeza, pintura que poco a poco se va generalizando como expresión de unión.

Los errores arbitrales seguirán aquí y en China, por ello Santos Laguna debe volver a ser un equipo solvente, con un gran trabajo en cada una de sus líneas, para no dar facilidades sobre todo en el área chica, donde se seguirá expuesto a las fallas de los que sancionan los partidos. Se requiere pues un respaldo de los de la media cancha.

Este día el equipo se va a Cancún para terminar la Semana Mayor fuera de casa, y del bello paraíso los Guerreros viajarán a Chiapas, donde los esperan Jaguares con las garras afiladas, ahora que Itamar Baptista ha vuelto por sus fueros, apoyado en el ataque por el lagunero Oribe Peralta.