Un Minuto de Deporte
Equipos de futbol hay muchos en el mundo, incluso en algunos lugares dicen darse el lujo de tener hasta dos o más, aunque de todos no se haga uno bueno. Pero, ¿cómo es que uno de ellos llega a acaparar simpatías y preferencia?, ¿cuál es la clave? Está el ejemplo del Santos Laguna, tan querido en esta Comarca y sus alrededores.
Muchas pruebas ha enfrentado el equipo verdiblanco a lo largo de su corta historia, y en cada etapa y en cada vivencia ha tenido cerca el respaldo de una afición entregada pero exigente. Nadie va a olvidar aquellos tiempos en que se hablaba de su des-aparición, después de su inesperada venta, y de aquella megamarcha.
Nadie va a olvidar la oportuna y acertada frase que en un momento de emoción dijo Héctor "Pity" Altamirano y que ha quedado como la expresión más exacta de un sentimiento. Nos referimos a esa que dice: "Un guerrero nunca muere". Ahora bien, ¿cómo surgió el nombre de guerra de este equipo?
Viviendo el nacimiento del conjunto, siguiéndole los pasos, los que estábamos a un lado de Salvador Necochea entendimos que había que darle vida a un equipo diferente, muy de acuerdo con las características y el sentir de la gente de la Comarca, luchadora, multiplicadora de esfuerzos para lograr los objetivos.
Entonces se necesitaba un equipo formado con gente que tuviera solamente el sentir de los laguneros, que fueran auténticos guerreros para salir a cada combate dispuestos a dar el mayor esfuerzo, no sólo para conseguir los triunfos sino también para darle a la afición esa demostración de entrega total.
Así apareció gente como Julio César Armendáriz, llamado el Guerrero Mayor, después vendrían Jared Borgetti, Héctor Adomaitis, Rodrigo "Pony" Ruiz, Vicente Matías Vuoso y muchísimos más, que tienen un lugar especial en el sentimiento de los laguneros, pero faltan más, Santos Laguna requiere de nuevos guerreros que vivan con honor en su nueva casa.