Un Minuto de Deporte
Decía don Joaquín Sánchez Matamoros, el inolvidable maestro que tuvimos en esta casa, que en los tableros del juego estaban los cuadros blancos y también los negros, y que ambos tenían la misma importancia, aunque muchas veces solamente se tomaba en cuenta a los blancos. Y lo comentaba porque en muchas actividades de la vida los que se llevan los honores son los que la gente conoce, y pocas veces los que están detrás de ellos.
Y esto nos vino a la mente el otro día que visitamos Santa Rita, donde buscamos en su lugar a Ricardo Luna Soto, el famoso "Matracón", kinesiólogo desde hace mucho tiempo de los Guerreros, y nos enteramos que desde que llegó determinado señor a dirigir los destinos del Santos, a Ricardo lo quitaron de un lugar que ganó con muchos honores y lo tenían en otro sitio de las fuerzas básicas.
Y es que "Don Richie" tiene muchísimos años en el medio. Inició su andar atendiendo a los jugadores desde aquellos años del Laguna, "Ola Verde", a donde había llegado buscando un lugar como futbolista, pero Miguel "Mustafá" Yassin, necesitado de un ayudante, lo invitó a darle la mano y ahí se quedó Ricardo, olvidándose de sus propios sueños para atender a los jugadores, jóvenes como él.
Ricardo se hizo un especialista en la kinesiología. Antes se les llamaba masajistas, pero los conocimientos fueron ampliándose conforme la medicina deportiva avanzó para que quienes estaban en estas funciones, importantísimas en todo equipo profesional de futbol, tuvieran más elementos para ayudar mejor a los deportistas. Viajando también aprendió de otras personas nuestro estimado amigo.
A muchos jugadores se les han hecho merecidos homenajes, especialmente cuando Santos cumplió 25 años de vida, pero se ha olvidado a personajes como Ricardo Luna Soto, un hombre que no sólo ha cumplido al cien por ciento con sus funciones, sino que ha dado mucho más aportando su cuidado y su cariño para muchísimos jugadores, que agradecidos corrían a abrazarlo cuando anotaban un gol.
Si Ricardo, a quien tantos estimamos, continúa en el olvido y en el ninguneo, reciba este modesto homenaje de alguien que ha estado también muchos años tratando de servir al deporte. Que guarde estas líneas para que conozca que tareas dignas, cumplidas, entregadas al máximo, son observadas con agradecimiento y respeto.