Un Minuto de Deporte

Óscar de la Hoya ha anunciado su retiro del boxeo, actividad que lo ha convertido en famoso y millonario. Hoy posee varias empresas, pero la más importante está dedicada al mundo del espectáculo, promoviendo a quienes van en busca de la fama y administrando negocios de la farándula. ¿Cómo fue el inicio de este ídolo? Nació el cuatro de febrero de 1973 en un barrio pobre del Este de los Ángeles, California.

Su padre obrero en una empresa dedicada a la refrigeración, pero los antecedentes boxísticos venían de su abuelo Vicente, quien había intentado dedicarse al deporte de los puños. De niño, Óscar era golpeado por sus pequeños vecinos, que lo encontraban débil y temeroso, así que buscándole una solución al problema, su padre llevó inmediatamente al gimnasio Pico Rivera Sports Arena.

Ahí tuvo sus primeras lecciones de defensa, aunque apenas contaba con seis años de edad. Pronto se convirtió en una sorpresa pues a sus rivales los noqueaba en el primer asalto, y ya contaba con diez años. De ahí pasó a la Iglesia de la Resurrección, que contaba con un gimnasio. El entorno donde se desenvolvía estaba plagado de jóvenes drogadictos y viciosos a los que él rechazaba.

En 1989 entró a los Guantes de Oro de las 125 libras y en 1990 ganó su primera medalla de oro en los Juegos de la Amistad. Por ese entonces su madre enfermó de cáncer, falleciendo a los 39 años, pero antes de morir le pidió que ganara para ella la medalla de oro de los Juegos Olímpicos que se celebrarían en 1992 en Barcelona. En 1991 Óscar se graduó con honores en la Garfield High School.

Antes de ir a Barcelona tuvo otras importantes victorias y ya en los Juegos Olímpicos fue el único de su país que ganó medalla de oro en la división de las 132 libras. Al dar la vuelta al ring lleno de gozo, lo hizo llevando en una mano la bandera de los Estados Unidos y en la otra la de México, acto que repetiría posteriormente muchas veces mientras iba ganando combate tras combate ya en el ámbito profesional.

Familiares de Óscar siguen viviendo en el estado de Durango, a unas dos horas de Torreón. Ahí el famoso boxeador es considerado como uno de los personajes más importantes de los alrededores, y la gente recuerda los antecedentes de sus familiares, a los que consideran gente de lucha y de trabajo. Hoy De la Hoya vive gozando de lo que ganó con esfuerzo y capacidad.