El Tri sigue en picada, luego que no se ha tenido el trabajo para tener un buen equipo y se preferiere mejores contratos de publicidad. Un Minuto de Deporte
Conforme va pasando el tiempo, el futbol es una pasión que va ganando terreno en muchas partes del mundo, ante el enojo y molestia de los amantes de otras ramas. Y es que resulta muy fácil patear un balón, hasta improvisado, a tener los elementos necesarios para otras ramas.
Naciones grandes y pequeñas, conforme pasa el tiempo van mostrando sus adelantos y sus logros. Un caso lo es Estados Unidos donde el beisbol, el futbol americano y el basquetbol eran los preferidos, y donde había cero atención para el balompie.
A fines de los años sesentas y setentas del siglo pasado, los norteamericanos, con su visión natural para las cosas que van triunfando, decidieron entrar paulatinamente al futbol soccer, llevando a lo mejor del momento para empezar el gran impulso.
Así aparecieron en la Unión Americana figuras como Pelé y Franz Beckenbauer entre otros, que jugaban en estadios casi vacíos. Luego empezó la organización interna para trabajar con sus equipos menores y con su propia selección nacional.
México iba con sus equipos y barría con todo, casi en todas partes, pues era llamado El Gigante de una buena sección del continente americano. Luego nuestro país quiso mostrar adelantos y lo que exhibía eran fracasos, y un periodista bautizó a los seleccionados como los Ratoncitos Verdes.
Si el futbol mexicano quiere un día crecer y ser importante, tiene que reestructurarse a fondo, desde sus directivos, y con una total atención a sus fuerzas básicas. Hoy, nuestro futbol sólo muestra un gran interés por lo comercial, con sus patrocinadores, sin atender debidamente a lo que ocurre en las canchas.