El partido Santos-Cruz Azul ha destapado muchas tensiones y pasiones que ahí han estado, semiescondidas y a punto de alcanzar mayor notoriedad. Si el equipo de la Comarca hubiera perdido, como se pensaba en la primera parte, las reacciones en contra no hubieran esperado.
Afortunadamente vino la reacción en la parte complementaria, donde los Guerreros volvieron a hacer honor a su nombre, y con buen futbol, que iniciaba en la media cancha, con dos mariscales, Juan Pablo Rodríguez y Daniel Ludueña, las cosas cambiaron.
Pero ya para entonces la situación estaba muy tensa, con un sector de la tribuna metiéndose sobre todo con Oswaldo, a quien hicieron perder la cordura y explotó con señas que sorprendieron a tanta gente que cree en él y lo ha apoyado, entre ellos los niños.
A la temporada le falta mucho todavía, así que de parte de todos debe aparecer el buen juicio, para que el equipo no esté presionado y para que todos disfruten y se puedan obtener más logros, pues se tiene buen conjunto y sabe responder.
Oswaldo es inteligente y debe reconciliarse con todos, pues ese es su papel, no sólo como capitán, sino como el emblema guerrero en el que se constituyó desde que llegó y le dio por ser el primero en salir a la cancha y pedir el apoyo del público.
Decíamos ayer que gustó mucho la presentación de Christian Benítez con el Birminghan ante Manchester United. Lo hicieron debutar cuando faltaban pocos minutos para concluir y en lo poco que estuvo en la cancha mostró cosas que le valieron elogios de los comentaristas ingleses.
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