Toluca se consideró muy suficiente para arrancar este Torneo, a grado tal que solamente hizo una contratación, la del portero Alfredo Talavera Díaz, quien fuera la sombra de Oswaldo Sánchez en Chivas y parecía su sucesor, hasta que apareció Luis Ernesto Michel.
Toluca lo llevó al infierno al considerar que es tiempo de poner alguien detrás del eterno Hernán Cristante, y pensando seguramente que a Miguel Ángel Centeno Díaz le faltan más tablas. En cambio, los Diablos se deshicieron de gente importante.
La salida más sonada fue la del defensa paraguayo Paulo da Silva, quien emigró al futbol inglés. Salieron también Mario Méndez que se fue al Atlas, Sergio Santana que engrosó las filas de los Rayados del Monterrey, César Lozano a Indios y Francisco Vidal a La Piedad.
Juan Manuel "Chepo" de la Torre considera que con lo que tiene hay material para ir por otro campeonato, pues en el renglón ofensivo está feliz con lo que han hecho Héctor Mancilla y sobre todo su revelación, el "Avión" Néstor Calderón.
Muy confiados están todos en Toluca pensando que tienen un rival a modo con Santos, sólo que olvidan lo que comentan los que llenan las tribunas del Corona en cada partido, coincidiendo en que si Daniel Ludueña sale inspirado, todo el equipo lo secunda.
Y esto es muy cierto, pues ahora el mariscal de campo lo es el argentino, que continúa con sus planes de naturalización, para convertirse en un mexicano más, ya que a él y a su familia les ha gustado este país para seguir viviendo aquí, y naturalmente ganando más.
LA última vez que los Tigres ganaron un campeonato, el número nueve de su historia, estaban estacionados en Puebla y se enfrentaron a Saraperos de Saltillo en la lucha por la corona. Eso fue en el 2005 después que el equipo felino había sido escenario del Juego de Estrellas en el que incluyó un formidable juego de veteranos que ha sido el último que se ha celebrado. La final de aquel 2005 comenzó en el Parque de los Hermanos Serdán de la Angelópolis y cada equipo ganó un juego, con uno de los partidos teniéndose que reanudar al día siguiente por la lluvia.
En la ciudad del sarape los felinos ganaron dos de tres y luego al regresar a Puebla conquistaron la corona al ganar el sexto partido. Entonces el manager de los Tigres lo fue Enrique "Ché" Reyes y Derek Bryant estuvo al frente de los Saraperos. Hubo llenos impresionantes en Puebla y se pensó que los Tigres iban a durar mucho tiempo en esa tranquila y bonita ciudad. Sin embargo la luna de miel terminó pronto y para la temporada del 2007 ya estaban jugando en Cancún, aunque conservando el nombre de guerra de Tigres. Diferencias con el gobernador de Puebla motivaron el cambio pero la gente se había ausentado del parque y era mucho para Puebla el tener dos equipos.
Vino entonces la nueva relación de don Carlos Peralta con el gobernador de Quintana Roo y los Tigres eligieron a Cancún como nueva casa. Se construyó un nuevo parque, el Beto Ávila, y hubo llenos casi todos los días, pero para el 2008 las entradas bajaron en cantidades alarmantes. Muchos pensaron que la llegada del Atlante y el campeonato que ganaron, además de la exagerada publicidad al futbol, hizo que los aficionados se olvidaran del beisbol.
En este 2009 fue Cancún el que puso el Juego de Estrellas y los Tigres han vuelto a la final.
Ahora han tenido entradas bajas, incluyendo en los playoffs, en donde lograron un promedio de cuatro mil en un parque donde caben nueve mil, y habrá que ver si apoyan a los felinos en la serie por la corona.
Un campeonato que podría lograr que los aficionados vuelvan a tener al Tigres y al beisbol como la gran diversión del paraíso tropical, que tanto ha sufrido con el problema de la influenza.
La serie final se jugará en Saltillo el sábado y el domingo, viajando a Cancún para jugar allí de martes a viernes y esperar que no vengan aguaceros que detengan las acciones.
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