Decíamos ayer que con Sergio Bueno al frente, Santos Laguna es un equipo que puede mostrar un futbol casi rayando en la excelencia, como ocurrió aquí en la segunda parte contra el Cruz Azul, o perderse en la cancha como lo vimos ayer al ser goleado por Toluca 3-0.
Apenas iban seis minutos cuando ya Antonio Naelson empezaba a quitarle la cobija a los laguneros, que ni reaccionaban ni respondían. La cuenta la completarían Carlos Esquivel y Néstor Calderón y fallaron en la complementaria por conducto de Mancilla.
Porque las fallas defensivas de los verdes estaban presentes a cada rato, mientras que jugadores como Ludueña y Walter Jiménez no funcionaban en la media, en la delantera Ochoa y Matías Vuoso eran meras figuras decorativas.
Y es que Santos, en esta campaña, no tiene delanteros en la cancha, solamente en el papel y en la nómina. Además, en los de la Comarca se vio un desgano y una apatía que asombraban, dejando al rival que hiciera lo que quisiera, pero no lo aprovechó para coraje del "Chepo".
Es tiempo, antes de que el calendario avance, que la directiva, tan ocupada hoy día en los trabajos del Territorio Santos Modelo, vuelva sus ojos y su atención a lo que ocurre en el equipo, donde hay siempre lesiones y cosas incomprensibles.
De lo contrario, como dirían los italianos, "domani e tropu tardi", mañana será demasiado tarde. Viene ahora el partido ante Tigres, y éstos vendrán molestos por haber perdido el clásico regiomontano, buscando quién pague los platos rotos.
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