Pasa el tiempo y Sergio Bueno sigue sin encontrar el sistema adecuado y los hombres idóneos para iniciar los partidos, como ocurrió ayer, cuando Tigres puso pronto contra la pared de los fusilamientos al equipo de la Comarca con golazos de Itamar y de Édgar Castillo.
Tuvo que aparecer a plenitud, en el segundo tiempo, la figura salvadora de Daniel Emmanuel Ludueña para emparejar cartones y evitarle una derrota en su casa a los Guerreros, que lucharon pero desordenadamente, sin el plan de juego adecuado.
Desde un principio se vio que Itamar Batista venía por otra de sus grandes tardes, como ya las ha tenido aquí, así que a los 12 minutos burló gente por banda izquierda y mandó un disparo que se incrustó junto al segundo poste de Oswaldo.
Y por el mismo lado, pero más lejos, Édgar Castillo tomó un balón y sin pensarlo soltó el disparo que también se incrustó casi por el mismo rumbo que el anterior. Santos se veía mal, mientras que Tigres seguía insistiendo en hacer más daño.
En el segundo tiempo Sergio Bueno decidió utilizar a Carlos Ochoa sacando a Cárdenas, pero el "Koyak" siguió mostrando miedo al tocar la pelota y nada hizo por mejorar las cosas. Entonces aparecieron dos genialidades de Ludueña.
La primera en un tiro de castigo para un golazo, y el segundo burlando rivales que fue un contento para disparar y empatar. Antes del partido hubo merecido homenaje para el licenciado Gustavo de Villa por sus 25 años en el Santos. Ahí estuvo toda su familia disfrutando.
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