Gallos Blancos de Querétaro fue un flan que no pudo digerir bien el conjunto de la Comarca, y el 2-0 fue barato pues no pudieron aprovecharse oportunidades ante un equipo que no tiene nada a la ofensiva, sólo buena voluntad pero sin inquietar a un Oswaldo que nada más requirió de un par de lances para dejar su cabaña a salvo.
De penal, al minuto 20, Santos anotó por conducto de Juan Pablo Rodríguez, cobrando así una falta que se le cometió a Iván Estrada dentro del área por Omar Maldonado, y de ahí en adelante los de la Comarca se dedicaron a desesperar a su público que esta vez no llenó el Corona. Pases equivocados y jugadas "de lujo" entregando el balón al rival fueron la constante.
Con decirles que al finalizar el primer tiempo los de casa andaban caminando, entre ellos el mismo Darwin Quintero, quien desesperado por lograr su gol, con su famoso personalismo, se dedicó después a ver las jugadas. Carlos Reynoso lucía sereno, dando la impresión que la tarea de salvar al equipo lo tiene despreocupado.
En la segunda parte la gente se metió cada vez más con Carlos Ochoa, quien sigue navegando sin brújula y sin aquel futbol ofensivo que lo hizo famoso momentáneamente, hasta que llegó a Chivas y se perdió y así vino a Santos. La gente pedía su salida, aunque él trataba de dar su mejor esfuerzo. Ya en tiempo de compensación Darwin haría su gol.
Santos debe volver al futbol serio, de mucha entrega, de lo contrario irá el fin de semana a Cancún solamente a sufrir ante unos Potros que están en el mismo Grupo Tres y a los que les urge ganar, consolados quizá por saber que cerca de las blancas arenas Santos no ha tenido buenos desempeños.
Antes del partido y en el intermedio, guapas jovencitas mostraron carteles pidiendo no haya más rejas que estorben la buena visibilidad, algo que se pretende para el nuevo estadio, y sin tener aún noticias de si se hará primero una prueba con el actual Corona.
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