¿Se imagina lo que será para gente como nosotros estar dentro de poco en un nuevo estadio, el cual contará con todas las comodidades que brinda la ingeniería, la arquitectura y la tecnología moderna? Sobre todo los que estuvimos en aquellas pequeñas gradas de madera de San Isidro.
Muchas cosas han pasado desde entonces. Ahí vimos por primera vez a Grimaldo González, una estrella peruana que venía al futbol mexicano acompañado, entre otros, de Julio Ayllón "Negro" Aparicio. Ambos eran unos superdotados para jugar en el balompié.
Pertenecíamos a la comunidad que llenaba la tribuna cálida del oriente del estadio, ahí donde dos grandes personajes encabezaban la porra, Jaime Lafont y Ramón Morató, incorporándose después gente como Jesús Ochoa Cebrián "Sempronio" y José Luis Muñoz Vargas.
Nos fuimos también al Estadio Revolución, donde jugaban inicialmente los Diablos Blancos del Torreón hasta que al nacer los setentas estrenaron casa en lo que hoy es el Corona, y luego estuvimos en la ampliación de San Isidro hasta convertirlo en La Herradura.
Después aparecería Santos Laguna, y entre los primeros empresarios que nos dieron la mano destacó Roberto Rodríguez Cruz, regalando planchas y licuadoras, Paco Dávila acompañándonos a todos lados, lo mismo que Eri Amezcua.
Mañana en el Corona empezará otra etapa, ya sin mallas y preparándose para la apertura del Territorio Santos Modelo, lo que ocurrirá a vuelta de esquina. Y ya la gente pregunta cuándo y en dónde se venderán los boletos para el Santos-América, en la nueva casa.
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