Cuando Salvador Necochea compró el Estadio Corona, la cancha estaba en malas condiciones. Entonces se contrató a don Memo Olvera, que llegó acompañado de algunos de sus hijos, entre ellos Gerardo y Rubén. Fue una tarea titánica restaurar todo el lugar. Como había tanto por hacer, don Memo, acompañado de su familia, se fue a vivir en unas secciones abajo de las gradas que se improvisaron como vivienda.
Recordamos que en la primera Navidad que ahí pasó la familia Olvera, Salvador Necochea nos dijo a quienes lo ayudábamos en la formación del nuevo equipo: "Vamos a llevarles su Navidad a don Memo y a su familia". Pronto nos organizamos y ahí vamos al estadio. Fue emocionante ver cómo disfrutó aquella primera velada de Nochebuena la familia que se había hecho cargo del estadio.
Poco a poco el lugar se fue transformando. No había aperos para laborar pero se improvisaron muchas cosas con las economías de que se disponía, y mucho improvisaban don Memo y sus hijos, que se convirtieron en los resucitadores del lugar. Después, la cancha del Corona nos tenía sorpresas que no esperábamos, pues aparecieron figuras diseñadas con el césped, entre ellas un torreón que se hizo muy popular, todo elaborado por la familia Olvera.
Un día, don Memo nos dijo emocionado: "Juan Rodríguez 'La Cotorra', dice que mi nieto José Antonio tiene pasta de crack y que lo va a llevar a probarse". Al poco tiempo "La Mona", como lo conocíamos desde chiquillo, apareció entrenando con el primer equipo y luego "Yayo" De la Torre le dio oportunidades que lo llevaron pronto a ser titular e incluso a ser llamado para la Selección Nacional.
Esta semana el Corona vive sus últimos días y ya don Memo y su familia no viven ahí, como lo hicieron tantos años. El lugar estará vacío y solitario el próximo lunes, y a nosotros nos quedarán en el recuerdo muchas emociones, como cuando lo volvimos a ver solitario y abandonado, después de que dejó de ser la sede del Torreón y luego del Laguna, hasta que aparecieron aquí los Santos y le volvieron a dar vida.
Cómo olvidar aquella Navidad en la que nos tocó ir a darle su Nochebuena a la familia Olvera. A este servidor le tocó regalarle una chamarra a don Memo y no sabemos si recuerde él esos detalles. Siempre nos saludamos con afecto y nunca olvidaremos cuando se vendió el equipo a Ahumada y apareció "Yayo" De la Torre para darles la mano, con su generosidad y sus bonitos detalles. Salud pues don Memo y su apreciable familia.
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