Parecía que Estudiantes de La Plata volvería a dejar al Barcelona con sus grandes deseos de conquistar la única Copa que se le negaba en su brillante historia, la del Mundial de Clubes. Boselli se había encargado de poner adelante a los argentinos y ya casi terminaba el partido.
Pero a poco más de dos minutos de que terminara el tiempo reglamentario, Pedro se levantó y prendió el balón para empatar el encuentro y enviarlo a tiempos extras. Ya en la extensión, al casi iniciar el segundo tiempo apareció la magia de Lionel Messi.
Alves corriendo por la derecha mandó el centro, y la "Pulga" Messi, que entraba con gran decisión, empujó el balón con el pecho y la mandó adentro de la cabaña de Estudiantes para darle así el único campeonato que le faltaba al equipo de Pep Guardiola.
Este es el gran año del conjunto blaugrana con su quinto campeonato, para reafirmarlo como la mejor oncena del mundo en este momento. Guardiola, que alguna vez jugó en México con el Dorados de Sinaloa, lloraba como niño, emocionado y conmovido.
Temprano por la mañana, Atlante no pudo conseguir el tercer lugar, al ser vencido en penales por el equipo coreano, a pesar de que los mexicanos dominaron y estrellaron balones en los postes, y donde Gabriel Pereyra, que jugó desde el principio, tuvo gran demostración.
Junto al Canal de Panamá, donde tiene su domicilio, Felipe Baloy habló para EL SIGLO de la alegría que le ha causado venir a Santos Laguna, donde seguramente aumentarán sus bonos y seguirá sirviendo de ejemplo a un país pequeño pero con grandes deportistas.
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