Diría el poeta, un año que se va, ¿cuántos se han ido? Tiempo de reflexionar, de analizar nuestros pasos por este valle y de establecer nuevas rutas dentro de una actividad, la deportiva, que tanto nos ha apasionado, pero no sólo como practicantes o espectadores, sino también como servidores, buscando mejores caminos para niños y jóvenes que caminan a nuestro lado.
Si los que estamos en este quehacer dedicáramos un poco de tiempo a servir al prójimo, gestionando más campos deportivos, más útiles, llámense balones, pelotas, guantes, bats. etc. quizá tendríamos mejores resultados. Decíamos no hace mucho que la profesión de los informadores no se debe circunscribir meramente a la narración de eventos, sino también agregarle la función social.
En toda nuestra Comarca siguen faltando muchos espacios para la práctica de todas las ramas, y además hay canchas o pistas que han dejado de serlo con la llegada del Río Nazas, hace ya más de un año, pero nadie mueve un dedo por reponer lo que el agua se llevó. Ahí está la ciclopista Cenobio Ruiz de Ciudad Lerdo que continúa como un monumento a la apatía.
Ahí están las numerosas canchas de futbol, basquetbol y atletismo del Río Nazas convertidas en un monumento a la decidia. En Torreón hay nuevas autoridades deportivas, gente nueva que no presenta muchos antecedentes en el medio y sin embargo habrá que esperar su actuación para saber de quién se trata y qué pretende.
El tiempo de los recomendados ha hecho su aparición, como era de esperarse, así que ojalá que lo que se ha avanzado no se detenga porque algo se avanzaba ya en el impulso de algunas ramas. Hay mucho por hacer, y ojalá no permanezcamos indiferentes con lo que vaya a ocurrir, pues las nuevas generaciones esperan nuestro apoyo.
Los demás municipios del Estado de Coahuila, que también estrenan autoridades, están a la expectativa de lo que vaya a ocurrir en cuanto al impulso del deporte. Algunos que están cerca los estaremos monitoreando para narrar lo que ocurre o lo que deja de hacerse. Y vaya nuestro sentido pésme al colega Gustavo Mendoza Amézquita por el sensible fellecmiento de su hermano Mario.
Mruelas@elsiglodetorreon.com.mx
