Un negro que no pretende ser blanco, un negro ilustrado, fino, esbelto y atlético, un negro con una blanquísima y generosa sonrisa, un negro cosmopolita y carismático. Un padre amoroso, un esposo que ama a su mujer y no teme demostrarlo. Un negro cercano, familiar. Un hombre que ha generado un nuevo clima humano y sensible en la política internacional. Un negro que por sus circunstancias familiares se enriqueció de diferentes culturas, que asume con respeto la diversidad y está dispuesto a dialogar y negociar en vez de amenazar o invadir.
Un negro con una gran dignidad, genuino, sencillo, siempre humilde. Un negro que dijo "Sí se puede" ¡y pudo! Un negro que abrió las puertas de la Casa Blanca a los latinos, que no teme tender la mano a los musulmanes y se pone una quipá para celebrar Shabath con los judíos. Un negro que ha alcanzado la cima más alta de una sociedad poderosa, hipócrita y democrática, donde es posible que alcohólicos, adúlteros y mentirosos consuetudinarios, siempre con la Biblia bajo el brazo, asuman el más alto poder, a condición ¡ésa sí inquebrantable! de ser blancos.
El negro que ha sido blanco de las críticas porque fue a Noruega a ofrecer Chicago como sede de las Olimpiadas y no se la concedieron; pero sólo unos días más tarde le dieron el Premio Nobel de la Paz. "¿A quién? ¿A Obama? ¿Tan rápido? Pero si no tuvo tiempo de hacer nada, por ahora lo único que ha hecho es proponer" dijo Lech Walesa "La verdadera pregunta que los estadounidenses se están haciendo es: ¿qué es lo que el Presidente Obama ha logrado realmente? Preguntó Michael Steele líder del Comité Republicano. "Esa pandilla del premio Nobel acaba de suicidarse con una bomba" opinó Rush Limbaugh, el principal comentarista conservador en radio.
"A mí me gusta Obama tanto como a todo liberal, pero eso (el Nobel) es una farsa, no ha hecho nada para merecer el premio. Claro, ha dado algunos discursos muy bonitos pero…” expresó el ex editor
de la revista “The New Republic”.
“Es desafortunado que el poder del estrellato de Obama, haya opacado a defensores incansables que han hecho logros reales por la paz” acusó el Presidente del Comité Nacional Republicano. “Sería maravilloso si pudiera pensar por qué ganó, querían darle el honor, imagino, pero no puedo pensar
por qué”. “El cambio está llegando pero uno no gana un Nobel por el futuro…” respondieron varios entrevistados.
Seguramente estos comentaristas de tan rápida reacción, ignoran que otorgar el premio más prestigioso que se puede recibir en este planeta, es resultado de un año de investigaciones y deliberaciones en las que intervienen los mejores expertos; y seguramente ignoran también la necesidad de apegarse y honrar con una justa interpretación las palabras que Alfredo Nobel ofreció como guía para los jurados: "el ideal" o "idealismo" que deberían profesar los ganadores.
¿Y no es acaso Obama un hombre de grandes ideales? Y a todo esto ¿qué dice el propio Obama? "Es bueno tener niños que lo ayuden a uno a poner las cosas en perspectiva; mi hija Malia entró por la mañana y me dijo papi, ganaste el premio Nobel de la Paz y es el cumpleaños de Bo (su perro)". Yo, que siempre he desconfiado de mis propias opiniones, lo único que me atrevería a afirmar es que en un país de héroes como Terminator y Rambo, un héroe diferente, que en vez de amenazar con un arma extienda la mano y la sonrisa; será sin duda una inspiración para las nuevas generaciones.