Un peligroso paseo por el CH

Las áreas peatonales incumplen con las medidas básicas de protección civil.

Porque los puestos de los ambulantes reubicados obstruyen las salidas principales de los negocios en casos de emergencia y de una evacuación, además de que por lo menos cuatro transformadores de alta tensión enterrados se instalaron sin desagües pluviales y al inundarse podrían ocasionar cortos circuitos y hasta una explosión, el Paseo Comercial Cepeda-Valdez Carrillo a donde se reubicó a más de 300 vendedores que ocupaban las avenidas Juárez e Hidalgo, representa por sus condiciones, una bomba de tiempo, reconoce Protección Civil.

Cables de alta tensión colocados de estos transformadores hacia los postes, se hicieron con "parches''. Las redes cuelgan y están al alcance de cualquier persona, lo mismo niños que de animales. Todavía hoy y a menos de un mes de que termine la Administración Municipal, más de 150 postes de teléfono y de electricidad, permanecen en pie y con los cables aéreos, aun cuando el ofrecimiento fue que el Centro Histórico se modernizaría en este aspecto con la inmersión de líneas.

Y en tanto que el deslinde de las autoridades municipales en este rubro continúa, pues aseguran que es CFE la responsable de que no se mueven los postes ni los cables, todas estas líneas se encuentran en lo alto, a sólo un metro de distancia de las lonas colocadas con fines ornamentales. Un ligero chispazo podría generar un incendio, sobre todo por la presencia de decenas de tanques de gas LP.

Nelson Lozada, jefe de Protección Civil, reconoce que evidentemente violan el Reglamento de Protección Civil Municipal, ya que no se respetan las distancias de protección para que intervengan los cuerpos de rescate en casos de incendios principalmente y de evacuaciones.

Admite además que, en el área de fondas en la avenida Presidente Carranza y Revolución el uso de tanques de gas de 10 kilos y de 25, se hace sin ninguna medida de seguridad.

Y se desmarca del grado de riesgo en el sector al asegurar que "hicimos las recomendaciones en su momento a Obras Públicas, nunca nos hicieron caso y lo único que querían era no hacer ruido para terminar las obras. Aún a costa de la seguridad de los negocios establecidos de los alrededores, se hizo la instalación de dos hileras de módulos por cada una de las calles peatonales, aunque lo que recomendamos fue una sola hilera... pero no nos hicieron caso'', afirma.

A siete meses de que se concretó la reubicación de los vendedores ambulantes a este paseo comercial, la situación de inseguridad se ha agravado. Los expendedores de alimentos tienen lonas más grandes como carpas multicolores, mesas, sillas que reproducen fielmente la imagen de un mercado. Hasta el tipo de alimentos es el mismo, caldo de res, chiles rellenos, caldo de pollo, enchiladas. Ahí el plato de comida no pasa de los 25 pesos y servido generosamente. "Estamos como caníbales''. Dice la dueña de una fonda que prácticamente llora al referir que gana de la venta diaria a veces menos de 100 pesos.

En su entorno, otro vendedor saca un gran cocedor de churros de harina con aceite hirviendo; otro, dora en aceite banderillas, y uno más hierve elote desgranado. Todos con sus cilindros de gas a menos de un metro y pegados al acceso del módulo siguiente, donde una joven madre vende y cuida a sus cuatro hijos pequeños, en un hacinamiento evidente.