La tierra volvió a temblar ayer a primeras horas de la mañana en los Abruzos, aunque con una intensidad menor que los días pasados, lo que permitió a los habitantes de L'Aquila y otras poblaciones pasar una noche relativamente tranquila.
La nueva sacudida se produjo a las 07:39 horas local (05:39 GMT) y según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología fue de una magnitud de 3.3 grados en la escala de Richter.
Según Protección Civil, el epicentro fue localizado de nuevo entre la ciudad de L'Aquila y las localidades de Pizzoli y Fossa.
El anterior temblor fue a las 21:07 horas de ayer (19:07 GMT), tuvo una magnitud de 3.1 grados y su epicentro se situó entre L'Aquila, Pizzoli y Collimento.
Durante la jornada de ayer se registraron otras réplicas, destacando la de las 05:22 horas (03:22 GMT), de 3.7 grados de magnitud.
Tras el terremoto en la madrugada del pasado lunes 6 de abril, de 6.3 grados en la escala abierta de Richter, que ha causado hasta el momento 290 muertos, se han registrado ya un millar de réplicas.
Según el sismólogo Thomas Brown, del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, las réplicas pueden durar varios meses.
Papa dona dinero y 500 huevos de Pascua
El Papa Benedicto XVI donó una "fuerte" cantidad de dinero y 500 huevos de Pascua de chocolate para las víctimas del sismo que golpeó el centro de Italia dejando unos 290 muertos y cientos de damnificados.
El director de la sala de prensa del Vaticano, Federico Lombardi, confirmó ayer el envío económico del Papa, aunque no dio a conocer la cifra exacta.
Reveló que la ayuda fue entregada el viernes por el secretario de Estado de la Sede Apostólica, Tarcisio Bertone.
El dinero lo recibió el arzobispo de L'Aquila, Giuseppe Molinari, al finalizar las exequias de las víctimas, que fueron presididas por el cardenal Bertone y por el secretario de pontífice, Georg Gaenswein.
"Es un gesto de esperanza, invito a todos a no mirar el dedo quedándose en las dificultades del momento, sino que existe más y tanto que debemos construir", señaló Molinari al referirse a la donación.
El viernes, en un mensaje a los damnificados por el movimiento telúrico de 6.3 grados en la escala Richter, el Papa prometió que ayudaría de manera concreta a las labores de reconstrucción de las poblaciones golpeadas en la región de Abruzzo, en el Centro de Italia.
Mientras, ayer una delegación, integrada por dos gendarmes y tres bomberos del Vaticano, llevó hasta la iglesia de San Francisco en Pettino 500 huevos de Pascua de chocolate para los niños del terremoto.
