No atino a pensar qué fue lo que la llevó a andar en esas compañías. Puede ser que se haya visto deslumbrada por el dinero que a manos llenas manejan estos señores, puede ser que por su juventud no se dio cuenta dónde se estaba metiendo, es posible que haya sido consecuencia de la seducción que ejercen las armas de fuego, pudo ser que haya caído rendidamente enamorada sin reparar en las consecuencias, o de plano, supo lo que hacía y no le importó por que la aventura y la adrenalina son como vendas sobre los ojos que no le permitieron enterarse de lo sórdido del mundo en que se estaba involucrando. Las luces de la fama le habían seguido hasta antes de ese momento. Es una cara bonita con un cuerpo atractivo, eso que ni qué, ahora se ha visto envuelta en un escándalo. Hoy ha llegado a otra pasarela, la de una comisaría, en donde los reflectores no pondrán al descubierto sus encantos, sino únicamente la dureza de sus rasgos faciales, que quedarán plasmados en una infamante ficha policiaca.
Estaba feliz pues había triunfado en el certamen Nuestra Belleza Sinaloa 2008. A sus 23 años qué más podía pedir. Había obtenido fama y popularidad. Fue detenida una de estas noches, cuando viajaba junto a personajes del hampa, que se asegura están vinculados con un Cártel dedicado al tráfico de estupefacientes. En sus primeras declaraciones dijo había sido invitada por su novio, sin reconocer que estuviera ligada a los negocios ilícitos de su pareja. Después fue llevada junto a sus compañeros a oficinas federales donde no se sabe qué declaró. -Es una lástima, para ella, que no estemos en la antigua Grecia donde fue posible que la escultural Friné, despojada de su túnica, posara desnuda ante la mirada escrutadora de sus jueces, a los que convenció que la perfección de su belleza era suficiente para absolverla de manera unánime. En esta época, oh tiempos oh costumbres, hubieran sido tachados de viejos libidinosos-. Eso no le sucederá a Laura Elena Zúñiga, salvo que demuestre que se encontraba, para su mala suerte, con el grupo de malhechores, por mera casualidad.
No es la primera vez que a una linda chica se le relaciona con hombres dedicados a oficios perseguidos por la ley. Si hacemos memoria, hace varias décadas la sobrina de un gobernador de Jalisco fue localizada en una lujosa finca de un país centroamericano a donde había arribado en compañía de un personaje que a la fecha aún se encuentra internado en un centro penitenciario de alta seguridad, quien le habría hecho costosos regalos, al que se le atribuía la muerte de Enrique Camarena, agente de la DEA. Era Sarita, así le llamaban a la mozuela, una joven mujer cuyos encantos volvieron loquito al traficante Rafael Caro Quintero que había logrado evadir a los agentes del orden trayendo consigo una credencial auténtica de un cuerpo federal que le permitió abandonar el suelo nacional sin ningún obstáculo. Los Estados Unidos de América, por conducto de su embajador en México, denunció el caso, planteando la connivencia de las autoridades mexicanas, las que atrapadas en lo que no había duda era una protección a maleantes, dio lugar a que los altos mandos se vieran obligados a meter en chirona a tan escurridizo galán.
En fin, las beldades que participan en esos eventos, prestan su cuerpo a una competencia en que se exhiben en diversos trajes, en que el culminante es un traje de baño, que por lo común deja poco a la imaginación, entendiéndose que se obligan a mantener una conducta apegada a ciertos lineamientos. Las lamentaciones de la otrora Señorita Universo, Lupita Jones me parecen excesivas, pues ha hecho una alharaca pretendiendo convencer a la sociedad de que su organización es inocente de lo que pueda haber hecho la persona coronada. En vez de ello era llegada la hora en que debería estar corriendo al lado de su pupila ofreciéndole asesoría legal, lo cual cohonestaría con la ayuda que a su vez le proporcionaron las misses para realizar tan lucrativo negocio. Por su parte, los organizadores del certamen de belleza Reina Hispanoamericana, ni tardos ni perezosos, condenándola sin previo juicio, procedieron a retirarle el título que habían conferido a Laura Elena, aduciendo que no mostró un comportamiento adecuado. ¡Hum!, mientras no haya una resolución que la declare culpable de algún delito, pensaré que esas empresas están actuando con inusitada premura, aunque como dicen los güeros, bussiness are bussiness. O a lo mejor, así que asá, la ambición hace pecar al más casto. Esto que le está sucediendo a la Miss Sinaloa, debe hacer abrir los ojos a futuras concursantes, que deben saber que una vez terminado el torneo, quedarán expuestas al ludibrio público sin que nadie las defienda de las torpezas en que puedan incurrir las autoridades o, en su caso, de caer en las garras de aprovechados proxenetas.