Una mujer boliviana llevó a la Plaza de Mayo, frente a la sede del Gobierno argentino, su denuncia sobre el fusilamiento de su esposo a manos de la policía de la provincia de Buenos Aires, en un hecho que ya está bajo investigación judicial.
Nilda, de 32 años, contó que su marido, Juvelio Aguayo, también boliviano, fue asesinado por policías que ingresaron en su vivienda de las afueras de Buenos Aires durante un operativo que buscaba dar con narcotraficantes.
"Escuchamos ruidos en el techo de la casa y vimos que había hombres que intentaban ingresar para robar. Juvelio hizo algunos disparos al aire para ahuyentarlos, pero los hombres bajaron y eran policías", precisó en una carta que envió a los medios de prensa.
La mujer aseguró que los policías la desnudaron y la llevaron a una habitación junto a su suegra y su cuñada, mientras que a su marido lo trasladaron al comedor de la vivienda y lo torturaron.
"Escuchamos sus estremecedores gritos y súplicas ante los golpes que estaba recibiendo. Después oímos disparos y a Juvelio no lo escuchamos más: lo habían fusilado", relató.
Nilda afirmó que está embarazada y pidió ayuda a la prensa para que denuncie este episodio, que calificó de "gatillo fácil y fusilamiento".
Su abogado, Gustavo Morón, señaló que el informe policial del hecho es "muy flojo" y precisó que un grupo de bolivianos, acompañado por representantes del consulado de ese país en Buenos Aires, denunciará el caso ante la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional.
"De acuerdo con el informe policial, Juvelio intentó huir y le dispararon cinco tiros. Dijeron que buscaban drogas y a una persona apodada 'el chino'. No había drogas, pero dejaron un cadáver", sentenció el letrado antes de indicar que la esposa del boliviano también acusó a los policías de haberle robado dinero.
Morón restó importancia a unos incidentes que ocurrieron cuando Nilda y un grupo de integrantes de la colectividad boliviana, con un féretro, se movilizaron para denunciar el hecho hacia la Plaza de Mayo, donde un grupo de Madres de Plaza de Mayo instaló una radio abierta.
Según el abogado, activistas del grupo humanitario intentaron desalojar del lugar a los bolivianos y terminaron enfrentándose a empujones con Raúl Castells, cuando este líder de un movimiento de desempleados salió en defensa de quienes denunciaban el fusilamiento de Juvelio Aguayo.
