Foto: SERGIO REYES
Entre las calles polvorientas y jacales de madera y cartón, llama la atención un árbol de Navidad que no tuvo regalos para abrir. Esto no es nuevo para la familia Guerrero Escobedo, pues desde hace varios años el dinero nunca alcanza ni para una cena, menos para obsequios.
Regalos
En un terreno con dos jacales viven dos familias, todos parientes: seis adultos y cinco pequeños: Nataly, Ana Karen, Blanca Janeth, y Juan. Ninguno recibió regalo esta Navidad.
Diana Escobedo tiene 20 años de edad y es madre de Nataly, Ana Karen y Blanca Janeth. Su esposo, Higinio Guerrero, trabaja todos los días en un carromato y con mucho esfuerzo gana menos de 500 pesos a la semana.
Un día, mientras Higinio recogía la basura en una casa, alguien le regaló un árbol de Navidad, esferas, luces, y unos adornos de Santa Claus. Aunque ya están un poco viejos, Diana los cuida como si fueran nuevos porque sus hijos sonríen cada vez que ven el pino, no les importa que no haya regalos.
Diana coloca el árbol en el patio de su casa. Cualquiera que pasa por la calle Codorniz, lote 6, manzana 38 de la colonia Ampliación Zaragoza Sur, puede ver los adornos de navidad que cuelgan de las paredes de cartón.
Con 200 pesos, en la Navidad pasada, cenaron carne asada y refresco. Apenas alcanzó para los 11 pero al menos tuvieron algo qué comer porque ahora el dinero no alcanzó ni para unos tamales.
"Con el trabajo que tiene mi esposo el dinero apenas alcanza para irla pasando día a día. Siempre cenamos algo muy sencillo pero este año estuvo más difícil; no es la primera vez que no tendremos qué comer", comenta Diana.
Las desgracias, dice, no vienen solas. Y es que su suegra es diabética y hace días le dio una embolia. La familia tuvo que gastar en doctor y medicinas, así se acabó el poco dinero que había en casa.
"La crisis está muy fea. En la casa nunca hay regalos para los niños, el dinero no alcanza para eso ni en sueños. Lo bueno es que en la iglesia de la colonia les dan regalos cuando se acaba la misa de Navidad; siempre los llevamos y les dan algo".
Además, Diana dice que algunas personas visitan la colonia para darles juguetes a los niños. Este año ha sido el más difícil para la familia Escobedo Guerrero. Con la crisis económica, las personas ya casi no contratan a Higinio para que les tire el escombro o la basura.
"A veces me gustaría tener algo de dinero para tener con qué comprar cosas para hacer un pozole, así bien rico. Mi hija me pide una bicicleta, lo bueno es que ya entiende la situación".
Sabe que la Navidad es para reunirse en familia, cenar, abrir regalos, y siente tristeza de no poder darle a sus hijos esa alegría, "como en la televisión salen los juguetes, ellos quisieran tener algo así. Mi hija le dice a mi esposo 'papi, cuando tengas trabajo cómpramelo', pero sabemos que eso no será posible".
Para 2010 espera que las cosas sean diferentes. Si Santaclós existiera, Diana no dudaría en escribirle una carta para pedirle despensas, ropa, y zapatos no sólo para su familia sino para todas.
Santa no llegará a la casa de la familia Guerrero Escobedo
"A veces me gustaría tener dinero para comprar cosas y hacer un pozole, así bien rico"
Diana Escobedo
Ama de casa
"A quién no le gusta dar y recibir regalos, pero lo material sobra"
El esposo de Marisa trabaja como guardia. Este mes recibió mil 500 pesos que guardarán por si se presenta un imprevisto. Esta decisión implicó no comprarle regalos a sus dos hijos, Oscar de dos años de edad, y Luisa Fernanda, de apenas siete meses.
"No vamos a comprar regalos porque el poco aguinaldo lo guardamos para prevenir. Mi esposo gana entre 700 y 800 a la semana y no nos alcanzó para juguetes; nada más les vamos a dar un cambio de ropa a cada uno".
Marisa dice que la crisis económica está "espantosa". Por fortuna, no tienen grandes deudas qué pagar, "para qué nos echamos compromisos sino vamos a poder solventarlo, no dormiría tranquila".
Esta Navidad comprará unos tamales para el recalentado y será todo lo que comerán, "la situación estuvo menos pesada el año pasado. Ahora sí que el dinero no alcanzó para nada".
Para hacer rendir el dinero, Marisa compra lo básico de la despensa cada semana, y cuando en el trabajo le dan vales a su esposo aprovechan para comprar los pañales de Luisa Fernanda.
A pesar de las carencias, Marisa le da gracias a Dios porque sabe que hay otras familias en peores condiciones, "nunca nos falta qué comer pero hay quienes pasan hambre. Por ejemplo, a mí me hubiera gustado tener dinero para comprarnos una garrita de carro".
En esta Navidad, Marisa sólo quiere darle gracias a Dios porque su esposo e hijos están bien de salud, "a quién no le gusta dar y recibir regalos, pero lo material sale sobrando".
LA GENTE DICE SÓLO TIENEN PARA LO BÁSICO "Me gustaría una bicicleta de regalo, pero mi papi no tiene dinero para comprarla"
Blanca Guerrero
Estudiante
"Lo único que hacemos es platicar porque no hay qué cenar, siempre tratamos de pasarla bien"
María Gómez
Ama de casa