Las extorsiones contra migrantes centroamericanos que transitan por el país podrían ser cometidas por grupos de delincuentes que han utilizado el nombre de "Los Zetas" para intimidar a los indocumentados y sus familiares.
Según mandos del Ejército mexicano, las víctimas son de nacionalidad guatemalteca, salvadoreña, nicaragüense y hondureña, que en ocasiones son retenidas por unas horas o por meses para asaltarlas o comunicarse con sus familias y exigirles dinero, a cambio de su liberación o para no entregarlos a las autoridades migratorias.
Señalaron que algunos de los secuestros contra los migrantes, no sólo en la frontera sur sino en el país, pudieran ser cometidos por grupos ajenos a los "Zetas", que al igual que en extorsiones telefónicas usan ese nombre para tener más éxito en sus delitos.
Hace unos días, efectivos militares liberaron a un grupo de indocumentados, en su mayoría hondureños, que al parecer fueron secuestrados por un grupo de sicarios que inició sus operaciones al servicio del cártel del Golfo, aunque las autoridades militares no descartan que varias bandas usen el nombre de "Zetas" para operar.
Los mandos del Ejército indicaron que estas prácticas forman parte de los actos ilegales como el cobro de "derecho de piso" y la "venta" de protección a comerciantes, el secuestro y la extorsión, pero la "fama" de los "Zetas" facilita sus operaciones.
Los mandos castrenses revelaron que en algunos casos se ha encontrado que los migrantes son secuestrados desde su ingreso por la frontera sur, y los delincuentes los "acompañan" en su recorrido, al tiempo que los amenazan para robarles sus pertenencias y exigir que se comuniquen con sus familiares para que les envíen más dinero.
Con la promesa de "protegerlos" y llevarlos sin problemas a la frontera norte, los indocumentados llegan a pagar hasta cinco mil dólares con tal de no permanecer secuestrados en estados fronterizos, cautiverio que puede llegar a un mes o más, en tanto no cubran los gastos del "servicio de protección" de los delincuentes.
Las autoridades expusieron que cuando los migrantes tienen familiares en Estados Unidos, como sucede en la mayoría de los casos, los delincuentes los obligan a comunicarse con ellos para duplicar sus ganancias.