Tragedia. Los vecinos encienden velas y colocan arreglos florales en el sitio donde ocurrió un atentado suicida en Bagdad, Irak, que dejó al menos 60 personas muertas. En dos días se contabilizan alrededor de 148 muertos por diversos atentados.
Dos suicidas dejaron ayer viernes 60 muertos, mientras que un día antes murieron 88 personas.
Dos atacantes suicidas dejaron ayer viernes un tendal de 60 muertos frente a un santuario shii fuertemente custodiado en Bagdad, lo que impulsó al primer ministro iraquí Nouri al-Maliki a ordenar una investigación sobre las fallas de seguridad que permitieron el ingreso de los atacantes.
Un día antes, dos ataques suicidas en diferentes partes del país dejaron 88 muertos.
La violencia en Irak ha caído a su menor nivel desde los meses posteriores a la invasión encabezada por Estados Unidos en 2003, pero un aumento en ataques dinamiteros suicidas y otros atentados devastadores en las últimas semanas han renovado preocupaciones sobre la capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes.
Al-Maliki suspendió a los comandantes que supervisaban la seguridad en el vecindario de Kazimiya, en el Norte de Bagdad, donde ocurrió el ataque del viernes.
Los atacantes detonaron sus explosivos con minutos de diferencia en distintas entradas a la tumba del santo shii Imán Mousa al-Kazim, dijo un oficial de Policía. Otro policía dijo que los ataques se produjeron poco antes del comienzo de las plegarias del viernes cuando los feligreses entraban en la mezquita.
Laith Ali, de 35 años, propietario de un comercio cercano, dijo que la seguridad en el momento de los ataques parecía firme.
"Nos sentíamos seguros porque había controles de seguridad en las entradas principales al santuario", dijo, y agregó que se revisaba a varones y mujeres.
Las explosiones dejaron a los muertos -algunos reducidos a restos calcinados- esparcidos cerca de las entradas, dijeron testigos. Horas más tarde se veía todavía los charcos de sangre.
Entre los muertos había 25 peregrinos iraníes, dijeron un policía y un funcionario de un hospital. Ambos dijeron que hubo 125 heridos, incluyendo 80 peregrinos iraníes.
Los militares estadounidenses no pudieron suministrar detalles diciendo que el área era patrullada por fuerzas de seguridad iraquíes.
El personal del cercano Hospital Escuela de Kazimiya se veía desbordado por la cantidad de heridos que requerían atención. Imágenes de television mostraron que muchos de los heridos -incluyendo mujeres y niños- fueron obligados a esperar afuera del hospital antes de poder ser atendidos.
El Gobierno iraquí trata de asegurar que sus fuerzas de seguridad sean capaces de mantener la seguridad en momentos en que Estados Unidos se prepara para retirar sus fuerzas.
Condenan atentados
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, condenó los "atroces" atentados suicidas con bombas cometidos en Irak y que, "al parecer, han matado al menos a 148 personas, entre ellas un gran número de peregrinos iraníes".
En una declaración escrita, el máximo responsable de Naciones Unidas expresó su "más sentido pésame" a las familias de las víctimas y reconoció estar "particularmente consternado" al conocer que uno de los terroristas era una mujer acompañada de un niño de cinco años.
"Ninguna causa o agravio puede justificar actos tan reprochables", afirmó Ban, quien quiso unirse a los iraquíes "en el rechazo a estos intentos de incitar a más violencia en el país". Reiteró el compromiso de Naciones Unidas de "apoyar a Irak en sus esfuerzos por lograr paz duradera y reconciliación nacional".
Al menos 60 personas murieron ayer en Irak y 130 resultaron heridas por dos atentados suicidas simultáneos registrados en un santuario shii del Norte de Bagdad, según informaron a fuentes policiales.
Estas explosiones tuvieron lugar tan sólo un día después de que 78 personas murieran y más de 120 resultaran heridas por otros dos atentados, uno de ellos contra peregrinos shiies iraníes en la provincia de Diyala y el otro en el Centro de Bagdad.
Por su parte, El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Hasan Qashqavi, condenó ayer el atentado suicida perpetrado el jueves contra peregrinos iraníes en Irak y culpó Estados Unidos de la ola de violencia que sacude al país vecino.
En declaraciones a la prensa, el funcionario confirmó, asimismo, que 53 ciudadanos de su país perdieron la vida en el citado ataque y que Irán envió equipos para identificar a los muertos y repatriar a los peregrinos iraníes que resultaron heridos.
"La larga presencia de tropas extranjeras es la causa de la ola de violencia" en Irak, señaló. En la misma línea se expresó el presidente iraní Ali Akbar Hashemi Rafsanyani, quien pronunció el habitual sermón del viernes en la mezquita de la Universidad de Teherán.