Doble efecto. El economista José Luis Calva señala que existen beneficios cuando se genera una depreciación, como es el impulso a las exportaciones. EL SIGLO DE TORREÓN / ARCHIVO
Visto desde la óptica de un tipo de cambio de equilibrio de largo plazo, el Banco de México no debe gastar las reservas internacionales para defender al peso porque todavía tiene cierto margen de sobrevaluación, comentó José Luis Calva, investigador de la UNAM.
La macro depreciación iniciada en octubre de 2008 todavía no lleva al peso al nivel que debería tener sí se toma como parámetro de comparación la diferencia entre la inflación de Estados Unidos y México, indican cálculos. Esto significa que el peso todavía compra más en el mercado de Estados Unidos que en el propio, y tiene un margen de sobrevaluación cercano al 12 por ciento, similar al de hace 10 años.
Entre 1996 (el año más reciente en que las dos monedas estuvieron lo más cercanas al equilibrio) y enero de 2009, los precios internos de la economía estadounidense crecieron 31.2 por ciento; en tanto, en el mismo periodo la inflación mexicana fue de 141.8 por ciento. Para que la paridad peso dólar fuese igual que en 1996, el peso tendría que haber experimentado una depreciación de 110.5 por ciento entre 1996 y enero del presente año, pero el precio del dólar sólo subió 79.1%."Tener un tipo de cambio de equilibrio de largo plazo repercute en las exportaciones , al tiempo que se sustituyen importaciones, situación positiva en el crecimiento ", comentó José Luis Calva.
Sin embargo, Fernando Butler, director general de BHMC Consultores, alertó que si bien la depreciación del peso frente al dólar está llevando al tipo de cambio al equilibrio, el riesgos que se produce es la inflación.