Los esposos Luis Mercado y Margarita Rosales, inmigrantes del estado mexicano de Morelos, decidieron salir al paso de la crisis financiera e iniciaron hace cuatro meses la venta de yogur casero con fórmula mexicana entre sus conocidos.
La pequeña cocina en su apartamento de un cuarto en el condado de El Bronx se convierte a partir de las ocho de la noche, en su principal herramienta para el todavía casero negocio de venta de la bebida derivada de la leche.
La pareja de morelenses inició el pequeño negocio como alternativa de ingresos.
'Iniciamos esta venta entre amigos, primero por la necesidad económica y segundo para ayudar a mi esposo con los gastos y con los envíos a nuestra familia en México, ya en la actualidad sólo cuido a mis pequeños hijos en casa', dijo Rosales, licenciada de Español y quien llegó a Nueva York desde 2004.
Mercado inició el negocio llevando litros de pruebas a sus compañeros de trabajo, una pescadería en Manhattan donde trabaja desde 2004, año en que llegó al país, y luego, tras la acogida, empezó a recibir pedidos del producto.
La madre de Rosales se dedica a lo mismo en la población de Cuautla, estado de Morelos, lugar de donde es originaria la fórmula de la bebida que ahora es disfrutada entre morelenses y miembros de otras comunidades latinoamericanas.
Los resultados de las largas jornadas de trabajo que terminan a altas horas de la madrugada y la motivación de sus clientes los ha hecho pensar en la posibilidad de que crecer y crear una microempresa.
A los novatos empresarios se les dificulta un poco el negocio debido a la situación migratoria sin resolver.
'No podemos tener un carro para poder distribuir el producto, así que nos toca con un carro para empujar y con ese vamos a los diferentes condados, en tren, para llevar el yogur', afirmó Mercado, quien inmigró de Ciudad Ayala.
La inversión inicial que los Mercado calculan para afinar el yogur fue de 30 dólares en ingredientes, una olla pequeña, acompañada de mucha paciencia, y de varias llamadas a la madre de Rosales para lograr el resultado de la receta secreta.
Luego de cuatro meses de negocio ya tienen tres ollas de cuatro galones cada una, más hieleras para almacenar y facilitar la distribución, un refrigerador más grande y un carrito de carga para llevar el producto a domicilio.
'La práctica hace al maestro y cada vez nos dicen que el yogur está mejor y más rico', dijo Rosales, una de las hijas menores entre 11 hermanos, nueve de ellos residen en Estados Unidos.
Y aunque extrañan su tierra natal afirman querer mucho al país que les dio acogida.
'La falta de oportunidades y de crecimiento económico nos empujó a salir. Y ahora que se puso peor por la violencia no sabemos qué va a pasar', indicó Mercado, ingeniero agrónomo de profesión.
Aunque no le ha puesto un nombre al producto, imprimieron unas tarjetas de presentación donde promueven su: 'Yogur 100% Casero', donde dicen vender yogures de diferentes sabores.
'Queremos hacer las cosas bien y estamos tramitando la licencia, aunque un poco difícil de sacar por nuestra situación, pero no nos vamos a dejar vencer', añadió la pareja, padres de Luis Antonio, de cuatro años y Julia de dos años y medio.
Los mexicanos tienen ya los productos que ellos denominan estrella, el yogur de diferentes sabores como trigo con nuez, manzana con trigo, piña con coco, ciruelas pasas, fresa, combinado con durazno, trigo y nueces.
'Sería padre poder tener nuestro propio negocio. Soñamos con tener una empresa más grande, poder contratar a varias personas que nos ayuden y comprar camiones para transportar el yogur', afirmó Mercado.
'Es duro, pero vale la pena', agregaron.
