A partir de mañana Tony Garza dejará la misión diplomática que su amigo personal George W. Bush le encomendó. (Archivo)
El embajador de EU desestima los informes de su propio Gobierno y asegura que México no se convertirá en un Estado fallido.
Se confiesa como un embajador que incomodó, pero que no pecó, pues, asegura, decía verdades. Hoy, a seis años de haber llegado a México, Tony Garza está a punto de convertirse en un trabajador migrante. A partir del mediodía de este martes dejará la misión diplomática que su amigo personal, el presidente George W. Bush, le encomendó, pero no saldrá de México, se quedará a vivir aquí y ahora se dedicará a los negocios y el análisis.
Garza sostiene que sale del cargo con la seguridad de que vendrán para México días de mayor violencia. Desestima los informes de su propio Gobierno y asegura que México no se convertirá en un Estado fallido en el que reinará el caos como resultado del crecimiento de las organizaciones criminales, como lo plantea un escenario de las Fuerzas Armadas estadounidenses.
“Nunca verán a nuestro Ejército intervenir en México.
Tampoco creo que vayamos a ver jamás una situación así de caos en México... lo que no quiere decir que no habrá más violencia”.
También es tajante al decir que “no” se debe renegociar el Tratado de Libre Comercio como lo ha sugerido el nuevo presidente de su país, Barack Obama y espera que nunca regrese el tono de recriminación y certificación en el tema del narcotráfico.
Garza reconoce que su principal frustración es no haber logrado que en su país se aprobara una reforma migratoria. Revela que en privado el presidente George W. Bush también ha reconocido que este tema es una de sus grandes frustraciones.
Hace ya seis años que usted entró por primera vez en esta oficina del embajador, ¿cómo ha cambiado México en este periodo?
Obviamente hemos visto cambios. Pero el punto clave ha sido la manera en la que discutimos temas de importancia y trascendencia para Estados Unidos y México, hemos llegado a hacerlo de una manera más abierta, madura, honesta y con respeto, sin importar qué tan difíciles sean estos temas. Creo que el de la seguridad y la violencia es un tema de preocupación para todos nosotros, para los que vivimos aquí en México, como para los que están en Estados Unidos, es un tema de urgencia.
El diálogo fue evolucionando, pasamos de las recriminaciones, o de que me dijeran no te corresponde comentar sobre lo que está pasando del lado mexicano de la frontera, a tener un diálogo.
Usted deja el cargo cuando el país vive una guerra sangrienta entre mafias del narcotráfico ¿Hasta dónde llega la preocupación de Washington por el poder que han logrado amasar estos cárteles de las drogas y la violencia que esto genera?
Yo creo que en Washington, pero más importante aún, aquí en México hay una urgencia y reconocimiento que esta gran batalla en contra de las organizaciones del narcotráfico y del crimen organizado, son prioridad, que hay que imponer el Estado de Derecho, y esa es una batalla que, creo, el Gobierno va ganando.
Así que más que la prioridad que le den en Washington es la prioridad que le han dado en México, y eso es lo más importante.
Pero hemos visto que sí hay una preocupación creciente, por ejemplo el Departamento de Justicia ha designado a los cárteles mexicanos como la principal amenaza a la seguridad de su país ¿cuánto más van a crecer estos cárteles y su violenta amenaza?
Es difícil decirlo. He dicho que el Gobierno va ganando la batalla, y mientras que van presionando más y más a estas organizaciones, sin duda, veremos más violencia.
Qué bueno que lo hayan tomado como prioridad en Washington, y lo digo porque si vamos a compartir esta responsabilidad, si realmente vamos a formar una alianza, y si realmente vamos a construir algo sobre esta base que nos da la Iniciativa Mérida, lo tienen que tomar como prioridad. Ojalá que lo que estamos viendo no sean sólo expresiones de preocupación, sino expresiones que se puedan convertir en una alianza más fuerte.
Es deseable que se convierta en una prioridad, pero respetando el tono. Lo que nunca quisiera ver es que regresemos a esa manera de pensar de apuntar el dedo, de recriminaciones, de certificaciones, no, no, no.
Otro reporte de su país, el del Comando Conjunto de las Fuerzas, asegura que ante un escenario de caos, derivado del crecimiento del crimen organizado, las Fuerzas Armadas de su país tendrían que intervenir dadas las implicaciones que esto supondría para la seguridad de su país. ¿En realidad, cree usted que este escenario pueda presentarse?
Nunca verá a nuestro Ejército intervenir en México. Tampoco creo que jamás vayamos a ver una situación así de caos en México. Tanto el Gobierno, como todos los actores políticos y a sociedad civil, nunca jamás dejarán que eso pase, lo que no quiere decir que no habrá más violencia.
¿Cómo se enfrentaron crisis tan fuertes en la relación en situaciones como, por ejemplo, cuando se dieron cuenta de que la SIEDO estaba totalmente penetrada por los cárteles y que hasta ustedes les pudieron infiltraron a un “topo” en la Embajada? ¿Cómo se hacía para convencer en Washington a las agencias y al Congreso que se debía seguir trabajando con un sistema mexicano con estos niveles de corrupción?, ¿no parece fácil?
En especial en este tema (de la seguridad) es uno de los mejores ejemplos de que se están tomando totalmente en serio los esfuerzos que esta haciendo México, porque en lugar de hacerse a un lado o no discutir el tema de la corrupción a altos niveles, lo están poniendo en la mesa y discutiéndolo y si hay gente culpable, llevándola ante la justicia, eso creo que es una buena señal, ese tipo de transparencia es parte de la construcción de una relación con el pueblo en la que demuestra que el Gobierno va a hacer lo que sea necesario, y si hay gente corrupta los identificará y los sacará, esto es un ejemplo de lo que debe pasar con los oficiales corruptos. Nosotros hemos tenido problemas a lo largo de la frontera con algunos alguaciles, y con algunos agentes de la Patrulla Fronteriza y de Aduanas, pues el poder de estas organizaciones para corromper o intimidar es impresionante, así que hay que enfrentarlo a diario y reconociendo que sí, a veces van a penetrar, pero que cuando los encontremos los perseguiremos, los detendremos y nos aseguraremos de que sean castigados. Para mí lo que se ha hecho con la “Operación Limpieza” es otra muestra de la seriedad con la que este Gobierno está enfrentando la situación.
¿Se tiene que renegociar el TLCAN?
No. Hay que construir sobre el TLC una relación económica más allá. Se puede construir sobre esa base una relación más integrada, más desarrollada para competir en una economía cada día más globalizada.
¿Con el presidente Bush no se pudo realizar una reforma migratoria?
Sí. Efectivamente no se pudo. Si me hubiera preguntado sobre mis grandes frustraciones, ésa hubiera sido una de ellas. Me acuerdo muy bien cuando el año pasado, a fines de junio el presidente Bush me llamó para decirme que quizá alcanzaríamos los votos necesarios en el Senado, pero que sería muy difícil lograr lo mismo en el Congreso, para él también fue una de las más grandes frustraciones.
La pregunta es ¿Si usted cree que Barack Obama va a lograr ese consenso que no pudo lograr el presidente Bush?
Pues eso espero porque es uno de los temas más grandes que hay que enfrentar en los Estados Unidos.
¿Ahora usted se va a convertir en un migrante?
Sí ya estoy en el proceso de sacar mis documentos, soy un apasionado de todo lo que es México y espero tener la oportunidad de vivir aquí y seguir promoviendo esta relación.