En medio del sonido y la furia por la discusión del contrahecho paquete fiscal presentado por el Ejecutivo Federal, como que se dejan de lado algunos hechos sustanciales y fundamentales. Y como suele ocurrir en este país, se discute inútilmente sobre tontería y media, y no se aborda lo que realmente importa. Por eso se posponen las soluciones a los problemas reales, y como nación continuamos dando tumbos, de fracaso en fracaso.
Por ello, quizá sea necesario llamar la atención del Deplorable Congreso de la Unión sobre algunas verdades que, como diría Jefferson, resultan autoevidentes. Y que si no se toman en cuenta, una vez más para maldita la cosa que van a servir las discusiones, el presupuesto y todo el circo, maroma y teatro que tan caros nos salen a los mexicanos:
Verdad # 1: En este país, desde tiempos de Moctezuma Xocoyotzin, nunca ha existido una cultura ni de cobrar ni de pagar impuestos. El Estado mexicano (virreinal e independiente) ha sido crónicamente ineficiente para recolectar sus propios medios de supervivencia. Por eso se ha cebado en los contribuyentes cautivos, que son los que tienen que soportar todo el peso de sostener un Estado obeso, ineficaz y burocrático. Por tanto, para resolver ese rezago histórico, lo pertinente es ampliar la base de contribuyentes. Si son pobres, ricos, indios o alienígenas debe importar un comino.
Verdad # 2: Desde hace décadas, el Estado se contentó con exprimir a Pemex y vivir del petróleo. Era más cómodo y más fácil. Y por supuesto, supremamente irresponsable. Se botó una riqueza irrecuperable para pagar burócratas parásitos y no para invertir y ahorrar para el futuro. Ahora ahí están las consecuencias. Si no se realiza una reforma fiscal a fondo (y no ese conjunto de parches que ha presentado Carstens) el problema sólo se seguirá agravando. Se dice que nadie quiere absorber los costos políticos. ¿Saben qué? A nadie le importan los costos políticos. Son los costos sociales y económicos de no tomar el toro por los cuernos los que han hundido a este país y lo han llenado de miserables.
Verdad # 3: Un evasor de impuestos en cada hijo te dio: El sistema fiscal está lleno de agujeros por tantos regímenes especiales, exenciones y reglas absurdas. Por ello las principales empresas de este país pagan menos impuestos que yo o que usted, amigo lector. Sí, tal cual. Un sistema fiscal tan complejo, que no quiere pisar callos y en donde resulta sumamente complicado hasta intentar pagar, no puede recaudar mucho. Lo que se debe hacer es quitar todas las excepciones, hacer que los ricos realmente paguen en proporción, y que haya tasas parejas, con las que quienes más consumen paguen más y tan tan. Ajustar el ISR para que promueva la inversión y no al revés. Y dejar de andarse inventando gravámenes que chupan la sangre de los mismos cadáveres de siempre.
Con esas verdades debieran tener los parásitos de San Lázaro. Ciertamente, el asunto no tiene mucha ciencia. Sólo requiere riñones, altura de miras, sentido del futuro y verdadero patriotismo. Me temo que eso no abunda por esos lares. Pero la verdad, ahí está.