El jefazo de Policía de Torreón, Karlo Castillo Gracia, le entró duro con su programa de la Policía Ciudadana y el intento de acercar más a la corporación con la comunidad, proyecto que ha sido ampliamente presumido por las autoridades. El problema, al parecer, es que los últimos en enterarse de que la idea es que la gente confíe en sus policías van a ser los subordinados de don Karlo. Esto viene a cuento porque nuestros subagentes han recogido varios testimonios de ciudadanos que han sido víctimas de atracos por parte de agentes municipales. En un caso, reportan que una persona a bordo de su automóvil fue detenido por una patrulla y de buenas a primeras uno de los agentes le puso las esposas. Siguió un pleito y el conductor terminó golpeado y robado. En otro caso, una persona contó que fue detenido por policías a bordo de una camioneta oficial, con los rostros cubiertos por pasamontañas. Los agentes se llevaron al pobre conductor y lo pasearon hasta que lo dejaron tirado, llevándose su dinero. Y así se han comentado otros incidentes nada agradables. Ninguna de estas personas ha presentado denuncia por temor a represalias, pero es claro que con casos como éste va a ser difícil que la ciudadanía vuelva a confiar en la Policía, y menos en tiempos como éste. Al paso que van los muchachos de don Karlo, los conductores no se van a querer parar ni cuando les marquen una infracción porque ya no se sabe quién es más peligroso, si un delincuente o un policía. Necesitan hacer algo más que comprar un helicóptero.
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Con el arranque del proceso electoral para renovar la Cámara de Diputados, la próxima semana empezará el éxodo de funcionarios que buscarán la generosa nómina, los viajes en primera clase y los hoteles de cinco estrellas que ofrece la Cámara de Diputados, exclusivo resort para quinientos e inútiles gorrones de alto nivel. En Durango parece que empujarán las cosas un poco más a la fecha límite del 26 de enero que marca el PRI para que funcionarios se separen de sus cargos y entren al proceso interno para conseguir la candidatura, de modo que el alcalde de Gómez Palacio, Ricardo Rebollo, estará unos días más en la chamba, nomás para que no digan que se fue rápido. Don Ricardo enfrenta ahora la incertidumbre con respecto a su colega de Durango, Jorge Herrera Caldera, pues aunque se rumoreaba que se iba a la diputación, parece que las cosas cambiaron y el gober Ismael Hernández Deras lo va a dejar donde está para “placearlo” en el resto del Estado bajo el manto de varias asociaciones municipales donde participa el alcalde capitalino. De esa forma, don Ricardo y don Jorge ya no se aventarán en “tiro” electoral a ver de qué cuero salen más correas, por lo que habrá que preguntarse si el corazoncito de don Ismael late más por su paisano o si ya decidió aplacarlo y frenarle las aspiraciones. Otros dos que ya habrían amarrado candidatura son el líder del Congreso, Jorge Herrera Delgado, y el ex presidente del PRI estatal, Ricardo López Pescador.
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En Coahuila, por el contrario, para este lunes se espera la salida de los “funcionarios de la gente” que serán abanderados por el PRI, específicamente: Miguel Ángel Riquelme, de Desarrollo Regional; Héctor Fernández Aguirre, de Fomento Agropecuario; Héctor Franco, de Medio Ambiente, y Hugo Martínez, de Obras Públicas. También se prevé que el hermano cómodo Rubén Moreira deje temporalmente la jefatura del PRI. Entre los panistas no habría necesidad de que dejaran algún hueso, pues los que se mencionan no tienen ninguno actualmente, pero están ansiosos de dejar de vivir en el error.
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También para el lunes se espera el anuncio oficial del regreso de Eduardo Olmos a la vicegubernatura de Desarrollo Regional luego de su brevísimo tránsito de 12 días por el Congreso local, en los que don Lalo no tuvo oportunidad ni de acomodar sus lápices. El Gober había soltado en una entrevista que “varios sectores” de la Comarca Lagunera le habían pedido que por favor, por lo que más quisiera, regresara a don Lalo a coordinar la obra pública y social del “Gobierno de la Gente”. No dijo cuáles y hasta ahora esos sectores siguen siendo un misterio. Por el contrario, en el medio empresarial manifestaron enojo ante lo que vieron como una falta de compromiso. Es posible que don Lalo regrese más serenado y menos dispuesto a meterse en broncas con el alcalde José Ángel Pérez, pues a final de cuentas se juega la candidatura a la alcaldía, que se definirá en julio. Pero tampoco se descarta que vaya a pisarle los callos al Alcalde en más de un asunto, pues la destartalada Administración municipal es cada vez más sensible a jugadas del Gobierno Estatal por más que digan que ya lograron la unión.
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La renuncia de Enrique Sada Díaz de León a la Tesorería municipal no llegó como sorpresa de parte del funcionario que llevaba casi un año tratando de encontrar la puerta de salida. Finalmente, don Enrique presentó su renuncia por motivos de salud, aunque nuestros subagentes reportan que ya estaba cansado de las broncas por la forma en que las huestes del Alcalde han agarrado el erario para fines políticos y la inclusión de amigos en la nómina. Desde que el Cabildo le rechazó una cuenta pública porque el Alcalde andaba comprando boletos para ver al Santos, don Enrique ya veía complicaciones, que se agudizaron cuando por poco y no completa para los aguinaldos. En las últimas semanas también empezó a despuntar un intento por revivir el asunto de los 98 millones de pesillos que la Auditoría Superior del Estado encontró sin comprobar a fines del año pasado. Aunque la observación había sido aclarada por el propio tesorero, en los últimos días el tema volvió a ser motivo de comentarios propiciados desde la peronera capital. Al parecer don Enrique ya no quiso aventarse otra bronca, pero su salida es una pérdida para el Alcalde, pues el tesorero era de los pocos funcionarios que rendían algo de resultados, como quedó comprobado por las campañas para abatir la morosidad en el pago del predial. Ojalá don José Ángel tome con seriedad el nombramiento del nuevo tesorero y no le vaya a encargar el manejo de la chequera a otro de sus amigos. Por ahí se comentó el nombre de Juan José Gómez, quien fue el gerente de Simas en tiempos de Jorge Zermeño y tuvo que limpiar el “cochinero” que había dejado la Administración de Mariano López Mercado cuando la municipalización del sistema de agua. Parece que don Juan José no quiso el cargo, aunque también había un elemento incómodo pues se recordará que aquel escándalo envió a la cárcel a Ariel Berrueto, cuñado del Alcalde.
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Ayer se oficializaron nuevos nombramientos en el Ayuntamiento, entre ellos el de Omar Aguirre, hasta ahora ex funcionario de Obras Públicas, como director de Desarrollo Humano y por lo tanto encargado de los apoyos sociales del Municipio. Pendiente quedó la llegada de Fernando Jaime a la dirección de Servicios Administrativos, pues aunque ocupa el puesto de manera interina, no está seguro que lo amarre. Nuestros subagentes comentan que en este cargo, así como en la Tesorería, el factor clave es el primer amigo de la ciudad, Ricardo Muñiz, quien desde la vicepresidencia del Coproder ha tenido un papel relevante en los últimos enroques de la Administración, y al parecer ya se llevó a la nómina del Coproder a Carlos “El Chócolo” San Miguel, cuando no se le hizo ser director de Administración. Por otra parte, el jefazo de Tribunales, Pedro Luis Bernal, ya agarró el (muy jugoso) hueso de director de Vialidad, con lo que el Alcalde mandó por un tubo la intención del jefe de Policía, Karlo Castillo, de promover desde adentro de la corporación porque no quería advenedizos sin preparación. Para añadirle más sabor al caldo, nuestros subagentes cuentan que don Karlo no tolera a quien ahora será su subordinado, por lo que la cosa promete ponerse buena.
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