Alhacerlos movimientos en suGabinete, elgober HUMBERTO MOREIRA amplió a dos el número de vicegubernaturas para La Laguna, con toda la intención de poner a competir por la candidatura del PRI a la alcaldía de Torreón a EDUARDO OLMOS, desde Desarrollo Regional, y a ANTONIO JUAN MARCOS, desde la nueva coordinación de 22 dependencias estatales. Aparte del evidente propósito electoral, hay el riesgo de un impacto negativo para la ciudad.
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El cambio en la representación del Estado en La Laguna no sólo anticipa el golpeteo que iniciará entre don Lalo y don Toño, sino que sus funciones podrían empalmarse entre ellos y con elMunicipio, metiendo a la Administración de José Ángel Pérez no una, sino dos cuñas. Por citar un caso: la coordinación de dependencias que se agenció don Toño tendrá labores de pavimentación que correrán paralelo a lo que hace Desarrollo Regional y también con las que realiza el Municipio. Por lo mismo, los cargos creados podrían meter más ruido en la relación Estado-Municipio y traerle desgaste a los dos contendientes por la alcaldía. Eso sin contar la competencia interna por tener proyección. Para abrir boca, comentan nuestros subagentes, el “Gobierno de la Gente” le quitó a Desarrollo Regional la regularización de los terrenos en Zaragoza Sur, que tanto rédito electoral le dio a don Lalo, y se la pasó a la nueva coordinación de dependencias. Claro que todo esto es secundario frente al verdadero propósito del Gober, que es echar al ruedo a sus dos “gallos” a ver quién queda parado. Bien mirado, la concentración de funciones estatales en las “vicegubernaturas” puede tener un impacto positivo si agiliza la obra y la prestación de servicios del Estado y se le da un perfil técnico y no político. Mal mirado, la pregunta es: ¿qué va a suceder con Desarrollo Regional y la coordinación de dependencias si el PRI gana la alcaldía de Torreón en octubre? ¿Se mantendrán y por lo tanto tendremos a dos virreyes junto al alcalde? ¿O desaparecerán, confirmando que la intención de las dependencias era electorera? Pronto podría descorrerse el velo.
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Con retraso de unas semanas, pero finalmente el presidente del Tribunal de Justicia Municipal, Pedro Luis Bernal, prevaleció en el ánimo del alcalde José Ángel Pérez para ser el nuevo director de Tránsito y Vialidad, materia sobre la cual, hasta donde saben nuestros subagentes, tiene nula experiencia. Lo curioso es que el nuevo jefazo de la vialidad en la ciudad hizo noticia hace unos días cuando atropelló a un peatón cuando conducía una camioneta del Ayuntamiento. Obviamente, siendo jefe de Peritos la libró fácil. Por cierto, eran también peritos a su cargo los que metieron a la cárcel a una persona que fue chocada por el regidor Carlos Tovalín hace unos meses. Don Pedro Luis ahora tendrá que probar que sabe algo de vialidad (además de jugar a los bolos con los peatones) luego del papel de Alfonso Chavira, que puede calificarse de desastroso. Hasta ahora el augurio no es bueno, pues lo más original que pudo decir don Pedro Luis al asumir el cargo fue pedir más agentes, como si dárselos estuviera tan fácil, por lo que no se ve que tenga ideas para atacar el problema. Pero el nuevo jefe de Vialidad tiene otra bronca, y es que su nuevo jefe, el director de Seguridad Pública, Karlo Castillo, no lo tolera ni lo quería en ese puesto, pues optaba por la promoción de uno de sus elementos con el sensato argumento de que no quería advenedizos en esa chamba. Al parecer don José Ángel no le hizo caso. A ver cómo nos va.
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Como se había anticipado, el alcalde de Gómez Palacio, Ricardo Rebollo, ya dejó la chamba y se registró para ser candidato a diputado federal y tirarle después a la silla grande del Palacio de Zambrano. Gracias al peculiar concepto de democracia en el PRI (y ahora en todos los otros partidos que bien han aprendido), don Ricardo se inscribió en una elección interna, pero sin rival para la candidatura. Obviamente la licencia a la alcaldía se resolvió sin mayor trámite, pues así es la voluntad del gober Ismael Hernández Deras y ésa se hace tanto en Durango como en Gómez Palacio. Por mientras quedó a cargo del changarro la primera regidora Anavel Fernández, pero nuestros subagentes comentan que el corazoncito de don Ricardo late más por el síndico Mario Alberto Calderón. Eso lo decidirá el Gober (perdón, el Congreso del Estado) en los próximos días. La preocupación para don Ricardo es el lanzamiento de su colega de la capital, Jorge Herrera Caldera, a otra diputación, pues ahora ambos competirán por sacar el resultado que más complazca a don Ismael, para que éste, a la hora de la hora, apunte su dedote hacia donde cada uno de ellos desea.
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¿De qué sirvió?: es la pregunta que se hacen nuestros subagentes sobre el traspaso que hizo la Secretaría de Comunicaciones y Transportes al Municipio de la propiedad de vías federales como el Periférico y las carreteras a San Pedro y Matamoros. La pregunta viene a raíz de la ausencia de proyectos para esas vialidades que ya fueron tragadas por la mancha urbana. Si el problema era que para meter mano a esas vías había que navegar con la burocracia federal, ahora que eso ya no será necesario nadie parece aprovechar la oportunidad. El Municipio mantiene el programa de plantar arbolitos en el Periférico, pero el mismo alcalde, José Ángel Pérez, admitió que no hay plan para darle una repavimentada a la carpeta que está más agujerada que un edificio de la Franja de Gaza. Lo mismo ocurre con la autopista a San Pedro, pues luego de anunciar la terminación del puente de La Unión con bombo y platillos, nadie ha presentado un proyecto para modernizar la vía, cancelar los semáforos y encontrar alternativas para vueltas y retornos. Para como están las cosas en la Presidencia Municipal, se dice que el director de Desarrollo Urbano, Alberto Hermosillo, anda entre renunciar o quedarse. Y, según esto, en la subsecretaría de Obras Públicas del Estado, que comanda Gerardo Berlanga, tenían un proyecto que nadie ha visto. Así que el Municipio podrá presumir que ya tiene las vías federales, pero ello parece que no servirá de mucho a los torreonenses.
