La irrupción soldados y policías federales en casas particulares, donde destrozaron puertas e intimidaron a los habitantes con el pretexto de buscar delincuentes levanta muchas dudas sobre la Inteligencia de los cuerpos de seguridad para detectar malandros y armar operativos. El episodio se repitió dos veces en la misma semana, en dos colonias residenciales, una con el Ejército y otra con la Policía Federal, asustando a la gente y con nulos resultados, para terminar en disculpas y en ridículo.
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Ambos casos dejan mucho qué desear sobre cómo reciben su información los cuerpos de seguridad, pero en el primero de ellos, en el que participó el Ejército, no es creíble el “nadie sabe, nadie supo” que los mílites del 33 Batallón de Infantería con sede en Torreón le dieron al dueño de la casa. Nuestros subagentes comentan que el operativo habría sido armado por soldados traídos de la Ciudad de México o por elementos destacamentados en Gómez Palacio. Sólo que resulta difícil pensar que los jefazos del 33 Batallón y de la XI Región Militar no estaban enterados de que había unos 70 soldados haciendo de las suyas en la plaza que, según esto, ellos controlan. La experiencia de la balacera de Año Nuevo en una colonia residencial dejó la lección de que los malandros están en los lugares más insospechados, pero no se vale andar por la ciudad tumbando puertas sin órdenes de cateo esperando en una de ésas encontrarse con algún delincuente. De ahí que resulte válido cuestionar qué tipo de labor de Inteligencia hacen y qué tipo de información reciben en el Ejército o la Policía Federal. Como se sabe, esto de la Inteligencia (en todas sus definiciones) es clave para frenar la ola delictiva que azota al país y a la región y no puede seguirse la costumbre de tapar el pozo después de que se ahogó el niño. Los ciudadanos se preguntan preocupados, ¿en manos de quiénes estamos?
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Hoy es 31 de enero, el último día de labores del tesorero municipal, Enrique Sada Díaz de León, y aún no hay un sucesor designado para el manejo del billete en el Ayuntamiento. Por más que don Enrique llevaba dos semanas diciendo que ya se iba, al parecer no lo registraban pues lo último que dijo el alcalde José Ángel Pérez fue que no era seguro que el tesorero dejara el puesto, aún cuando éste gritaba a los cuatro vientos que sí. De modo que la semana que viene arranca con una nueva bronca de personal en la Presidencia Municipal. Nuestros subagentes comentan que don Enrique entregó la dependencia a la directora de Egresos, Rocío Ríos, para que ella se entienda con el changarro, a pesar de que desde la oficina del primer amigo Ricardo Muñiz han salido algunas grillas para que también se vaya. Resulta preocupante que no haya certeza sobre quién va a manejar el dinero, cuando se supone que este año don José Ángel tiene planeado terminar las obras pendientes y para ello habrá de desembolsar muchos billetes. A lo mejor a don Enrique algo le olió feo y salió corriendo.
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Aprovechando que la crisis es más llevadera cuando se vive dentro del presupuesto, y por lo tanto no en el error, el gober de Durango, Ismael Hernández Deras se fue a pasear a España para, según esto, promover la entidad en una Feria de Turismo. Hasta se llegó a codear con el jet-set al dejarse fotografiar con el príncipe Felipe y su esposa, doña Leticia, buscando hacer contactos a ver si lo hacen, “Conde de Bolsavacia” ahora que se vaya a quedar sin chamba el año que viene. De Madrid se fue a París, a la UNESCO, pues como se sabe nunca faltan pretextos para armar un viaje con dinero del pueblo. Con don Ismael andaba también el paisano Rodolfo Elizondo, aunque él, como secretario de Turismo federal, a lo mejor sí tenía vela en aquel entierro. No cabe duda que colgarse del presupuesto para conocer el mundo es una chulada, aunque cuando se trata de funcionarios públicos no siempre es cierto que los viajes ilustran, pero sí lo es que empobrecen más a los pobres.
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Y mientras don Ismael se pasea en la Madre Patria, en Durango sigue el espectáculo de las grillas desatadas con las elecciones federales. Del PAN de Durango llegan noticias sobre demonios desatados por declaraciones que se aventó Augusto Ávalos, quien navegaba a la candidatura por la diputación federal del distrito 2. Un diario de Durango publicó una entrevista con don Augusto, en la que afirma que el PAN va a la derrota. El problema, reportan nuestros subagentes, es que don Augusto está furioso y dice que él no dijo lo que dicen que dijo, o sea que sacaron sus declaraciones de contexto. Por más que el ex candidato a la alcaldía de Gómez Palacio pueda aclarar el entuerto, ya cometió la ingenuidad de andar dando entrevistas y expresando libremente opiniones, cosa que no se hace si uno quiere progresar en política. Los más mal pensados especulan que don Augusto habría dado esas declaraciones precisamente para que todos la agarraran en su contra y poder zafarse de la candidatura porque anticipa que la va a perder. Mientras expresan su enojo, los panistas de Gómez Palacio y Lerdo (todavía quedan) han volteado los ojos a Salomé Elyd de Katsicas, esposa del ex alcalde lerdense, Gerardo Katsicas, para que agarre la candidatura en el distrito 2 y compita contra Ricardo Rebollo. Doña Salomé no tendría problemas para agenciarse la candidatura, pues es cuatacha de la primera dama, Margarita Zavala de Calderón. El problema es que está peleada con el grupo que comanda Rosario Castro a raíz de la remodelación del Teatro Centauro de Lerdo, pues doña Salomé consiguió los recursos la vez pasada que estuvo en el Congreso, y la alcaldesa era doña Rosario, cuya Administración dejó el teatro a medias y el dinero se esfumó. Estas broncas no auguran nada bueno para el PAN duranguense, pues son precisamente estos conflictos los que no pueden tener en este momento si de veras espera tener posibilidades de ganar algo en julio y no quedarse como el chinito, “nomás milando”.
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Nuestros subagentes estuvieron meses escuchando a funcionarios del Gobierno de Coahuila que el alcalde de San Pedro, Arturo Babún, andaba en serios problemas y podría hasta pisar la cárcel por la deuda con Comisión Federal de Electricidad. De ahí que se sorprendieran cuando el vicegobernador Eduardo Olmos se apareció allá, no con una orden de aprehensión, sino con un cheque por cuatro millones de pesillos para abonar a la deuda. Según don Lalo, se trató de un adelanto de participaciones y no hay intención de condonar los malos manejos financieros. Pero sorprende que el “Gobierno de la Gente” no se haya ido más duro contra el alcalde y éste permanezca en su puesto, cuando es claro que su Administración es un desastre. Mientras tanto, los curulecos locales tienen en sus manos una auditoría al Simas de San Pedro que hasta ahora nadie ha visto y que probablemente se guardarán para un momento electoral más propicio.
